ideas , propuestas , hechos , medidas antiburocracia , para mejorar la AP en España

viernes, 30 de mayo de 2008

disease mongering



PUBLICO.MADRID
AINHOA IRIBERRI - Madrid - 29/05/2008 22:13

El concepto de disease mongering
tiene una difícil traducción al castellano; significa algo a medio camino entre inventar y exagerar una enfermedad. Su fin es ampliar los límites de lo que se considera una patología. En el último lustro, la industria farmacéutica ha sido acusada de explotar esta tendencia. Su objetivo, ampliar la cifra potencial de clientes; incrementar gracias al disease mongering sus de por sí abultados beneficios.

El periodista australiano Ray Moynihan, que ha contribuido de forma notable a la difusión del concepto –es autor del libro Vendedores de enfermedades (Terapias Verdes, 2005)– organizó en su país hace dos años una conferencia sobre el asunto en un momento en el que tres libros habían alertado sobre las maniobras de la industria farmacéutica: El gran secreto de la industria farmacéutica, escrito por Philippe Pignarre, un ex empleado de un laboratorio francés; La verdad sobre las compañías farmacéuticas. Cómo nos engañan y qué hacer sobre ello, cuya autora, Marcia Angell, dirigió la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine; y Los inventores de enfermedades, firmado por el periodista alemán Jörg Blech.

El escándalo Vioxx (un antiinflamatorio superventas retirado en todo el mundo tras provocar en miles de pacientes efectos cardiovasculares graves que el laboratorio Merck conocía y sobre los que no advirtió) había hecho desmoronarse por entonces el prestigio de la industria farmacéutica.

Así que la conferencia sobre disease mongering –que coincidió con un número especial sobre el concepto en la revista PLoS Medicine– no pasó desapercibida.

Cambios sociales
Dos años después cabe preguntarse si aquel foro sirvió de algo. Moynihan responde en la última edición de PLoS Medicine que sí. Afirma que hoy los medios, cuando informan sobre un nuevo fármaco, cuestionan si existe la enfermedad para la que se prescribe.

Además, cuenta Moynihan, la propia industria, personalizada en el presidente de la Federación Internacional de la Industria del Medicamento , Harvey Bale, ha reconocido públicamente que “hay ejemplos de sobrepromoción excesiva”, si bien defendió la ética de los laboratorios al comercializar sus medicamentos.

Desde la patronal española del sector, Farmaindustria , se afirma que acusar a los laboratorios de disease mongering “no es más que ignorancia”. “Es el colectivo médico el que da nombres a las enfermedades, no los laboratorios”, afirma un portavoz de la entidad, que añade: “Hay que tener en cuenta que quien consume medicamentos es un paciente y que no los utilizaría si después no se encontrara mejor”.

El presidente de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria , Julio Zarco, reconoce que “existe el fenómeno sociológico de generar cierto alarmismo para vender más productos”. Este profesional considera, no obstante, que debe hacerse una reflexión más compleja, porque es la sociedad la que demanda de manera constante una mejor salud.

Para Zarco, si realmente se están recetando medicamentos para dolencias que no lo son, el problema está, sobre todo, en los médicos, que antes de trasladar sus recomendaciones a los pacientes han de saber si lo que les está mostrando la industria es o no cierto: “Lógicamente, la industria farmacéutica tiene como fin ganar dinero”. Además, advierte de que la medicina ha de ser individualizada y que las guías clínicas “no pueden convertirse en pautas rígidas”.

Zarco pone como ejemplo el control del colesterol, uno de los casos más citados de disease mongering: “Un médico no puede permitir que un paciente se agobie por tener el colesterol tres puntos más arriba de lo recomendado si esto en realidad no le perjudica”.

Publicidad de la patología

El farmacéutico de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud Antonio López Andrés es bastante más radical al analizar el fenómeno. Señala que dado que en España, a diferencia de en EEUU, no se puede hacer publicidad de medicamentos con receta, lo que se publicita “es la patología”.

Lo ejemplifica en la osteoporosis: “Se exagera para que sea el paciente quien demande tratamiento a su médico, previamente aleccionado por la industria farmacéutica. La osteoporosis es un factor de riesgo que influye en la aparición de fracturas, pero no es el único; en este caso, no se fabrica una enfermedad, pero se exagera”, subraya.

Como ejemplo de disease mongering nacional, López Andrés cita los anuncios televisivos en los que aparecen personas famosas –el último, una campaña de prevención de osteoporosis protagonizada por la actriz Carmen Maura–.

Para este farmacéutico, la forma de contrarrestar los efectos de esta práctica es informar mejor a la población: “En primer lugar, hay que ir al médico cuando se está enfermo; en segundo, hay que adoptar las normas de prevención realmente importantes; hay mucha gente que piensa que si toma una pastilla para controlar el colesterol va a estar mejor, aunque no se mueva y siga fumando”. López Andrés apunta también a los medios de comunicación: “Cuando se hacen eco de las notas de prensa que envían los laboratorios o las sociedades médicas están siendo utilizados”.

López Andrés opina que los cambios que se están viendo en los periódicos de EEUU–y que se resaltan en PLoS Medicine– todavía no han llegado a España: “Aquí estamos en la fase previa”. Opina, además, que el establishment médico nacional “se manifiesta en contra de que esto sea un problema”.

El catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante Carlos Álvarez-Dardet –cuyo trabajo cita Moynihan como ejemplo del impacto positivo de la conferencia en la investigación– se encuentra entre los críticos a la situación actual de disease mongering: “Nosotros realizamos un trabajo, dirigido por María Teresa Ruiz, que habla de cómo la medicalización de una condición natural como la menopausia ha producido daños en la salud femenina, mermada por las terapias de sustitución hormonal”.

Este experto ha promovido una moratoria para la aplicación de la vacuna del virus del papiloma humano en España, medida que pone como ejemplo de la medicina que se practica hoy: “Antes la medicina diagnosticaba y trataba enfermedades; ahora diagnostica y trata lo que eventualmente podría pasar a la gente”.

Concluye que esta tendencia es un problema de salud pública: “Estamos acostumbrados a gastar dinero y sufrir efectos secundarios para curarnos, pero, si lo hacemos para prevenir, se crea un problema que hasta ahora no existía”.

Tan antiguo como la medicina

Joan Ramón Laporte

La práctica de hacer creer a la gente que está enferma cuando en realidad está sana no es nueva. Es una de las estrategias usadas por algunos médicos para reforzar su posición social. Debe de ser tan vieja como la propia medicina, la cual, en formas diferentes según la cultura, ha sido y es una forma de poder -dominación sobre los demás- basada en la magia. Sólo que, en la actualidad, la magia se reviste de argumentos aparentemente científicos. La atención a la salud está cada día más impregnada de valores de mercado, y las funciones de cuidar, curar y rehabilitar han perdido la centralidad.

En la ópera L'elisir d'amore, cuando el mercachifle charlatán Dr. Dulcamara irrumpe en un ambiente campesino con "noticias de la capital", se dirige a su clientela con un "Escuchadme, escuchadme, rústicos", les presenta sus remedios curalotodo y acaba proclamando que la última moda es el mal de hígado, naturalmente con su correspondiente remedio.


La historia es vieja, un clásico. Las modas deben ser seguidas, so pena de no perder la condición de rústico. Los dictados del mercado deben ser obedecidos. Si el mal de hígado tuvo su momento de fama y gloria, ahora las principales amenazas para la salud son el colesterol, la osteoporosis, la tristeza, la soledad, la timidez, el luto, el complejo de Edipo, el niño revoltoso o inquieto, la impotencia masculina, la calvicie y, en general, cualquier causa de malestar. El malestar se medicaliza, sin mayor atención a sus causas. Todo ello con estrategias más o menos sutiles, más o menos sofisticadas, que Blech describe de manera magistral: publicación de artículos pseudocientíficos en revistas financiadas por la propia industria, campañas de concienciación de la población, programas de formación médica continuada desarrollados por las compañías farmacéuticas, congresos médicos, y publicidad y recomendaciones de comités de expertos (una mayoría de los cuales participa directamente en el negocio). Todo ello bajo la mirada distraída de políticos de unos Estados cada día más impotentes ante los mercados.


Extracto del prólogo de Los inventores de enfermedades

miércoles, 28 de mayo de 2008

enfermar a los sanos


Medicamentos que nos enferman y empresas que nos hacen pacientes
26.05.08

(PD).- "Hace treinta años Henry Gadsden, director entonces de la compañía farmacéutica Merck, hizo unos comentarios sorprendentes y en cierto modo candorosos a la revista Fortune. Dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Aquel sueño se ha convertido en el motor de una imparable maquinaria comercial manejada por las industrias más rentables del planeta".

Así comienza la presentación en contraportada del libro Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes de Ray Moynihan y Alan Cassels, obra que permite entender cómo las estrategias de marketing y relaciones públicas de la poderosa industria farmacéutica -con la complicidad de muchos médicos y, por qué no decirlo, la ingenuidad de los pacientes- intentan convertirnos a todos en "enfermos" -de cualquier cosa- para lograr un consumo compulsivo y crónico de medicamentos.

Si usted se considera una persona relativamente sana a la que comienzan a zumbarle los oídos con todo tipo de comentarios y recomendaciones porque su tensión empieza a ser un poco alta, le ha subido el nivel de colesterol o ha tenido últimamente bajones en su estado de ánimo que enseguida alguien ha calificado de "depresión"...

O bien alguien le ha dicho que a su edad y siendo mujer debe prevenir una posible osteoporosis y hasta medicarse esa falta de impulso sexual que últimamente parece preocuparle le vamos a hacer una recomendación para abordar esos problemas y algunos más como el Síndrome de Colon Irritable, el Trastorno por Déficit de Atención, el Trastorno de Ansiedad Social o el Trastorno Distrófico Premenstrual: cómprese el libro Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes (Editorial Terapias Verdes), busque un lugar tranquilo y siéntese a leerlo. Le aseguramos que cuando lo termine su percepción de la enfermedad y la salud habrá cambiado al igual que su visión del sistema sanitario.

En el libro, escrito en 2005, Ray Moynihan y Alan Cassels repasan con estilo ágil y directo las estrategias y complicidades que han permitido a lo largo de los últimos años la aparición de síndromes y trastornos que no hacen sino condenar a una medicación permanente -de la que se suelen ocultar sus efectos secundarios más importantes- a cientos de millones de personas en todo el mundo.

A veces reportaje periodístico, a veces novela negra, en él se desenmascaran ensayos ocultos, presiones, complicidades con médicos y organismos reguladores y, sobre todo, las estrategias de marketing y relaciones públicas que por valor de miles de millones de dólares permiten a la industria acabar convenciendo a médicos voluntariosos pero crédulos de todo el mundo que existe una enfermedad para la que ellos tienen la solución, el fármaco justo en el momento adecuado.

Como muy bien señalan ambos autores no se trata de poner en tela de juicio que hay personas que debido a síntomas especialmente graves necesitan ser atendidos con esos fármacos sino de entender que sólo para ellos no sería rentable su fabricación. Necesitan por eso convertirnos a todos en enfermos para que el negocio sea rentable.

"El alcance de la influencia de la industria farmacéutica sobre el sistema sanitario -escriben- es simplemente orwelliano. Los médicos, los representantes de medicamentos, la educación médica, los anuncios, los grupos de pacientes, las directrices, las celebridades, las conferencias, las campañas de concienciación pública, los líderes de opinión y hasta los consejeros de los reguladores: en todos los niveles hay dinero de las compañías farmacéuticas lubricando lo que muchos ven como un flujo de influencias poco saludable. La industria no adquiere influencias con individuos y organizaciones sino que más bien reparte su generosidad entre aquellos que considera más eficaces a nivel comercial"

CUIDADO CON DEJARSE ENGAÑAR POR LAS CIFRAS
Por supuesto ni todos los médicos ni todos los investigadores son iguales porque si no el trabajo de Moynihan y Cassals hubiera sido imposible. De hecho cada vez son más los se rebelan ante semejante estado de cosas. Los autores revelan datos, nombres, estudios científicos... y se apoyan en médicos e investigadores al menos tan honrados y preparados como quienes sostienen lo contrario para demostrar todo lo que afirman. Y su repaso por esa realidad con nombres y apellidos resulta en algunos momentos de lo más instructiva debido a algunos ejemplos tan gráficos como el que podemos encontrar en el capítulo titulado Convertir los riesgos en enfermedades (págs. 93 y 94):

"(… El más alto y más joven, el farmacéutico James McComarck, bromea con su compañero el doctor Bob Rango, médico especializado en Farmacología. Los dos han viajado desde Vancouver como miembros del Therapeutics Initiative (Iniciativa Terapéutica) de la Universidad de British Columbia, un grupo que pretende educar a médicos y farmacéuticos -y en ocasiones al público en general- sobre la mejor manera de prescribir los fármacos.

La conferencia del día es sobre las enfermedades cardiacas, sin duda un tema atemorizante (el público son jubilados canadienses). La primera parte de la charla de McComarck y Rango está diseñada para ayudar a la gente a entender algunos de los trucos estadísticos empleados para vender medicinas a personas que en otras condiciones se considerarían sanas. James McComarck siempre comienza presentando la siguiente situación:
"Imaginen que su médico acaba de decirles que tienen un "factor de riesgo" ante las enfermedades vasculares; puede ser la tensión arterial o el colesterol alto. Pues resulta que hay un medicamento que trata ese factor de riesgo, no produce efectos secundarios y está cubierto por la Seguridad Social o por la Mutua. Les voy a presentar los resultados de tres estudios diferentes y voy a preguntarles si según estos resultados estarían de acuerdo en tomar este fármaco todos los días de los siguientes cinco años. No hay respuestas correctas o incorrectas, simplemente es su decisión". En ese momento James suele proyectar esta diapositiva:

"¿Tomaría usted un medicamento durante cinco años si...

a) ...redujera en un 33% sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón?
b) ...redujera sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón del 3 al 2%, es decir, una reducción del 1%?
c) ...salvase a una persona de cada cien de sufrir un ataque al corazón aunque no hubiese manera de saber por adelantado a quién salvaría?"

"A ver, ¿cuántos de ustedes tomarían ese fármaco si obtuviese los resultados del caso A?", pregunta James. Y alrededor de un 80 o 90% de la audiencia levanta la mano. "¿Y en las situaciones B y C?" Un 20% de los oyentes levanta la mano. James y Bob hacen una pausa para que digieran los datos antes de rematar: "Pues lamentamos decírselo pero han caído. Lo que acabamos de exponer es exactamente el mismo resultado pero presentado de tres maneras diferentes".

Normalmente una expresión de sorpresa brota de la audiencia. Algunos ponen cara de no creérselo, otros de enfado o perplejidad. Pero llegados a este punto de la presentación la mayoría no puede despegarse de sus asientos y quiere saber más. Bob coge el micrófono de manos de James.

"A ver, el truco es el siguiente. No se sientan mal. A los médicos les engañamos de la misma manera todo el tiempo. Si en principio el riesgo de sufrir un ataque al corazón es del 3% y yo les ofrezco una píldora que lo reduce en un 33% éste baja del 3% al 2%. ¿Entienden?

El 2% es un 33% menos que el 3%. Pero es también un 1% de diferencia total. Incluso las personas a quienes las matemáticas se les hacen cuesta arriba, como James, saben que si pasas de un 3% a un 2%, sólo hay un 1% de diferencia. Fácil, ¿verdad?."

La razón por la que esta revelación es tan importante se debe a que con frecuencia los fármacos se promocionan mediante este truco estadístico tendente a exagerar los beneficios.

Por ejemplo, en anuncios dirigidos a médicos y pacientes se afirma que un fármaco ofrece una reducción del 33% en el riesgo de sufrir un ataque cardíaco sin explicar que en realidad habría que tomar la medicación durante cinco años para reducir el riesgo del 3 al 2%. Como Bob y James explican cada vez que dan la charla se trata de un 33% en términos 'relativos'.

En términos 'absolutos' se trata de una reducción de un 1%, del 3 al 2%. Diversos estudios muestran que las personas son mucho más reacias a usar un fármaco si se les muestran las cifras absolutas. Lamentablemente en muchos artículos sobre fármacos que aparecen en los medios también se tiende a emplear la versión más exagerada omitiendo las cifras absolutas que resultan mucho más informativas".

RAY MOYNIHAN
Moynihan -australiano, 44 años- es sin lugar a dudas uno de los escritores sobre temas de salud más respetados a nivel internacional. Periodista, autor, guionista de documentales y profesor universitario en la Universidad de Newcastle Ray ha ganado ya numerosos premios en radio, televisión y prensa escrita por su forma de informar, provocativa y rigurosa.

Sus trabajos han sido publicados en las principales publicaciones médicas y medios, incluyendo el British Medical Journal, The Lancet, The New England Journal of Medicine, PLoS Medicine, The Australian Financial Review y The Sydney Morning Herald. Y es autor de una serie documental de denuncia titulada Too Much Medicine? Actualmente vive, nada, escucha música y cuece bizcochos de chocolate y nueces en Byron Bay (Australia). Lo que hemos aprovechado para conversar con él.

-Díganos, ¿cuándo y cómo llegó a la conclusión de que en el mercado de los medicamentos la cuestión no es la salud sino el dinero?
-Llevo trabajando en temas de salud desde mediados de los años 90 en medios escritos y audiovisuales. Y desde el principio tuve muy claro que el marketing de las compañías farmacéuticas estaba distorsionando la práctica de la Medicina y la forma en que pensábamos sobre la salud. De ahí que escribiera ya mi primer libro y empezara a hacer documentales en 1998.
-¿Se inventan hoy enfermedades para que consumamos más medicamentos?
-No exactamente que se inventen pero sí que los límites que definen las enfermedades están siendo ampliados de forma inapropiada. Las compañías farmacéuticas y muchos médicos están involucrados en ese proceso con la finalidad de ampliar el número de visitas de los pacientes y construir nuevos mercados para los medicamentos.
-¿Cree usted que los Gobiernos, pagadores año tras año de las enormes facturas farmacéuticas, son ignorantes o cómplices de la actual situación?
-Pienso que muchas personas en los Gobiernos no son conscientes de lo que está pasando. Como creo que los funcionarios gubernamentales deberían controlar mejor las campañas de marketing y relaciones públicas de la industria porque están modificando la definición de las enfermedades. Especialmente dado que el coste farmacéutico está dañando ya gravemente muchos sistemas públicos de salud.
-Pero son los médicos quienes recetan... ¿Cómo puede evitarse la enorme influencia actual de la industria farmacéutica en sus criterios y decisiones?
-Muchos médicos y universidades están ya tratando de desengancharse de la industria, de ser más independientes. Y hay muchas maneras de hacerlo: reduciendo la esponsorización de las conferencias y congresos, impidiendo la visita de los representantes comerciales, dejando de aceptar regalos por acudir a las conferencias que organizan o esponsorizan... Hay muchas cosas que los médicos pueden hacer para recuperar la confianza y credibilidad perdidas.

El dinero que las compañías farmacéuticas invierten en representantes comerciales y muestras gratuitas constituye el mayor componente de los 25.000 millones de dólares que se destinan anualmente sólo en Estados Unidos a publicidad y es la base de la red global de artimañas entre la industria y los profesionales.

Lo que empezó con rosquillas para médicos ha acabado en copiosos banquetes para sus líderes de opinión en hoteles de cinco estrellas. Y en cuanto pueden no sólo venden fármacos sino también puntos de vista sobre las enfermedades.

Por ejemplo, los especialistas serios e independientes en enfermedades mentales aseguran que la idea de que la depresión viene generada por un déficit de serotonina en el cerebro es sólo uno de los muchos puntos de vista científicos y, de hecho, es simplista y anticuado. Sin embargo es una teoría muy viva en la gran maquinaria del marketing que empieza con las consignas matutinas de los agentes comerciales de las compañías farmacéuticas.

Hay médicos maravillosos y de impecable ética que se encuentran hondamente preocupados ante el hecho de que su profesión, en general, esté hoy tan íntimamente relacionada con la industria farmacéutica. Porque saben que muchos de sus colegas están siendo corrompidos por ella.

lunes, 26 de mayo de 2008

papiloma vacuna , galicia


La Opinion , La Coruña

Sanidade incluirá la vacuna en el calendario oficial para las niñas que cumplan 14 años a partir del 1 de julio. El precio del fármaco, que se vende en farmacias, supera los 450 euros.
ALICIA QUINTÁ / AGENCIAS. A CORUÑA / MADRID. La vacuna contra virus del papiloma humano, comercializada desde hace meses por dos laboratorios bajo el nombre de Gardasil y Cervarix, se incluirá en el programa de vacunación en Galicia tras el verano para las niñas que cumplan 14 años a partir del 1 de julio, explicó Xulio Hervada, subdirector de Epidemiología de la Consellería de Sanidade.
Pese a que "todavía hay detalles por concretar", tras la inclusión el pasado 10 de abril en el Consello de la Xunta del presupuesto destinado por el Gobierno gallego para esta vacuna, ahora se inician los pasos para ofertarla dentro del plan de vacunación a todas las menores "que vayan cumpliendo esa edad".
Bastante debatida estuvo la edad de corte elegida para iniciar la vacunación, sobre todo porque se habla de una vacuna costosa, "la más cara del mercado en este momento", indica Hervada, superando los 450 euros por persona, pero tras un análisis y debate en la comisión interterritorial de salud, "casi todas las comunidades nos decantamos por los 14 años".
Los expertos indican que lo ideal es ponerla entre los 12 y 14, pero "ahora solo podíamos hacer frente a un corte, no a todo lo que nos gustaría", por lo que los 14 se establecieron teniendo en cuenta determinados parámetros y pensando en que "así conseguiremos una protección hasta pasados los 21 años, una de las franjas con más proliferación del virus", subraya Hervada.
Otro factor, explica, es que antes de esa edad "el índice de personas que ha iniciado las relaciones sexuales es anecdótico, por lo que las posibilidades de infección son mucho menores", una opinión compartida por la ginecóloga Ana López Roca, quien recuerda, además, que "debe ponerse antes de que se inicien contactos sexuales".
En cuanto al máximo establecido, los 26 años constituyen el tope para vacunarse, ya que es la cifra hasta la que existen resultados de eficacia tras los ensayos clínicos, pero López Roca se muestra convencida de que el perfeccionamiento de la vacuna irá permitiendo mayores protecciones y en más franjas de edad.
El virus del papiloma humano es el causante directo del cáncer de cérvix, con 2.100 nuevos casos anuales en España que, según los datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), son los segundos más frecuentes entre las mujeres de entre 15 y 44 años, sólo por detrás del cáncer de mama.
Los ensayos clínicos han demostrado que esta vacuna es efectiva en las dos variantes más agresivas del virus, la 16 y 18, que provocan alrededor del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. De ahí la relevancia que ha adquirido esta vacuna, pero al mismo tiempo, "hay que pensar que hay otros tipos, 15 en concreto" para los que la vacuna no es efectiva, recuerda Hervada.
Un recordatorio que llama a la prevención, pero no a la alarma, ya que "es necesario incidir en que el propio sistema inmunológico acaba la mayor parte de las veces con la infección", explica López Roca. "Prueba de ello es la alta incidencia de este virus y el bajo número que desencadena en cáncer en comparación con las personas que en algún momento de su vida lo padecen", subraya.
El subdirector de Salud Pública recuerda, además, la necesidad de realizarse, las revisiones ginecológicas pertinentes, ya que en este caso, la única medida preventiva es el cribado, a través de las citologías regulares, que se recomiendan a partir de los 20 años y antes si se inician relaciones sexuales. Y es que, como todo virus de transmisión sexual, las barreras como el preservativo son medidas fundamentales, pero en este caso no totales, pues "los órganos perineales pueden permitir el contagio", de ahí que sea necesario conjugar los distintos sistemas preventivos, a la vez que "una vida sexual sana", añade la ginecóloga López Roca.
Al llegar a este punto, López Roca destaca que "la vacuna sólo evita unos tipos de virus, por lo que el cribado citológico deberá continuar", eso sí, "será posible ampliar los tiempos para las revisiones, ya que si ahora son cada año, con la vacuna podrán ser cada cinco", añade Hervada.

viernes, 23 de mayo de 2008

perfiles de prescripcion ,precripcion inducida


Madrid, 23 de Mayo de 2008

Ruego se modifique el perfil de médico prescriptor que acabo de
recibir desde esa Dirección Médica teniendo en cuenta los fármacos
enumerados a conituación, ya que no han sido PRESCRITOS por mi, sino
TRANSCRITOS
en un acto puramente administrativo, de secretaria y
escriba de los compañeros Especialistas.

Por ello, no deben influir ni reflejarse en dicho perfil en ningún
caso.

Y de seguir haciéndolo, dichos perfiles carecen totalmente de valor y
significado por lo que ruego encarecidamente no me sigan informando
del mismo, ya que mi interés por ello es nulo.

Relación de Fármacos NO prescritos por mi, sólo copiados desde un
papel blanco a una receta verde o roja según el caso…:

- La mayoría de las prescripciones de Atorvastatina
- La Ezetimiba en TODOS los casos
- El Esomeprazol en TODOS los casos
- El Rabeprazol en TODOS los casos
- El estroncio en TODOS los casos
- El Raloxifeno en TODOS los casos
- Si “Otros” de Osteoporosis se refiere a la Teriparatida: NUNCA lo he
prescrito
- El Celecoxib en la matoría de los casos (Tengo solo 1 paciente a la
que se lo he pautado yo)

Sugiero se vayan explotando los datos de OMI relativos al Origen de la
Prescripción (si existen).
Es difícil comprender como conociendo el problema de la
Inducción de Prescripción se nos siguen enviando estos perfiles
totalmente falaces

En cuanto al Indice Sintético de Calidad, ruego sea también modificado
en función de lo mencionado anteriormente.

Muchas gracias.

jueves, 22 de mayo de 2008

antiburocracia madrid , medidas sugeridas




Se me ocurren cuatro batallas simultáneas:

1. Luchar contra las recetas inducidas por especialistas, hospitales, etc.y la única solución es ORDEN DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO PARA QUE EL PACIENTE SALGA CON LAS PRIMERAS RECETAS HECHAS Y CON INFORME.

2. Luchar contra los papelitos múltiples justificando tal o cual cosa. insisto en que algunas veces habría que hacerlo en certificado médico oficial, para limitar los abusos.

3. Luchar contra las recetas de colores y a favor de la receta única (del color que quieran, aunque supongo que blanca será más barata, y ya se encargará el ordenador de poner quién paga y quién no) multiprescripción y con duración mínima de 6 meses.

4. Luchar porque se utilice UN SOLO TIPO DE PAPEL para todo, sean recetas, IT, derivaciones, análisis o cualquier cosa.

Armando Nevado

miércoles, 21 de mayo de 2008

prescripcion inducida



"La prescripción farmacológica en Atención Especializada está regulada
en una Circular interna 8/96 publicada en Octubre de 1996. Según
dicha circular, en el Hospital y en consultas externas se han de
entregar las recetas o los medicamentos necesarios para iniciar
tratamiento hasta que el paciente pueda ser atendido en la consulta de
su Médico de Atención Primaria".

martes, 13 de mayo de 2008

atencion primaria e insatisfaccion


La insatisfacción de la atención primaria (EL PAIS)

ANDREU SEGURA Y A. MARTÍN ZURRO 13/05/2008
 
Los profesionales sanitarios de la primera línea del sistema público manifiestan un profundo malestar. Consideran que sus condiciones de trabajo no son dignas, y que la dignidad es imprescindible para mejorar y aliviar la salud de sus pacientes. Exigen limitar el número de visitas diarias, es decir, más recursos para atender la creciente demanda del cada vez mayor número de usuarios. Pero la mayoría reconocen que buena parte de la demanda que atienden no es pertinente. En bastantes casos, porque las razones que llevan a la gente a la consulta tienen que ver con el malestar, pocas veces patológico, que resulta de los conflictos domésticos y familiares, laborales y sociales, es decir, situaciones que provocan ansiedad.

Aumentar el número de profesionales puede acelerar la medicalización y crear falsas expectativas
Se trata de una señal de alarma que estimula a enfrentarse con los problemas y tratar de solucionarlos. Los ansiolíticos actúan como anestésico más que como bálsamo, de manera que el conflicto persiste a la vez que se incrementa la dependencia, se provocan adicciones y se expone uno a los efectos adversos de los medicamentos. Lo mismo se puede decir para la tristeza, una reacción normal que facilita la adaptación frente a los infortunios de la vida cotidiana. Las sociedades humanas han afrontado la ansiedad y la tristeza mediante el recurso a los amigos y familiares, las redes de apoyo social que la atención sanitaria no puede sustituir, aunque sea de agradecer el apoyo profesional.

Aumentar el número de profesionales no parece, pues, que pueda solucionar una insatisfacción provocada por la impertinencia. Más bien se corre el riesgo de acelerar la medicalización y fomentar expectativas irreales. Desde el sistema sanitario se debe poner de manifiesto esta limitación y, en sintonía con la comunidad, contribuir a buscar una alternativa mejor.

El acelerado incremento de la demanda de atención sanitaria no se corresponde con un aumento de las necesidades susceptibles de satisfacerse mediante asistencia médica. Luego se necesitan cambios profundos en la orientación, los propósitos y la organización del sistema sanitario en su conjunto y del papel que debe desempeñar en la sociedad actual. Cambios más radicales que la limitación del número de visitas diarias, el establecimiento de un tiempo mínimo para cada visita o incluso el recurso a poner barreras a la accesibilidad como los tickets moderadores del consumo, medidas que, si se permite la analogía, son sólo un tratamiento sintomático que no modifica las causas del problema.

Aun cuando mejorara la comodidad laboral -a costa de un esfuerzo económico notable-, difícilmente aumentaría la pertinencia, la efectividad, la eficiencia y la equidad de la asistencia. Parece conveniente, pues, que más allá de acogernos a lemas contundentes de gran efectismo, analicemos la responsabilidad del propio sistema sanitario como generador de demandas de efectividad incierta. Porque directa o indirectamente inducimos muchas de las actividades que se llevan a cabo, en gran parte mediante la promoción de la prevención individual. Por ejemplo, los programas del niño sano, que prescriben un considerable número de consultas de incierto beneficio; o el control de factores de riesgo como la hipertensión arterial, las dislipemias, la osteoporosis y tantos otros que generan una carga de trabajo desproporcionada si tenemos en cuenta que contribuyen muy poco a disminuir la frecuencia de los comportamientos poco saludables entre la población.

Muchas de ellas son actividades ineficientes que consumen muchos recursos en términos de esfuerzo asistencial, de análisis de control y de fármacos. Y eso que muchas de las medicaciones profilácticas se adquieren pero no se toman, como puede comprobarse al analizar los envases que se depositan sin abrir en los contenedores de las farmacias y los centros de salud. Son además actividades poco equitativas, porque los que más las consumen no son quienes más las necesitan.

No es que haya que renunciar a la prevención, sino que se debería plantear de otra forma. Las actividades clínicas preventivas deberían formar parte de programas comunitarios más amplios en los que se adoptaran iniciativas destinadas a modificar los estilos de vida de las personas mediante intervenciones políticas y sociales, puesto que las conductas no sólo vienen determinadas por la información y el consejo, sino que dependen de las condiciones de vida, de cómo y dónde se trabaja y se reside, de dónde se come, etcétera.

Desde que nuestra sociedad ha asumido la importancia de la prevención del tabaquismo y ha aceptado regulaciones que limitan su consumo, ha disminuido la proporción de fumadores. La contribución asistencial debe verse, pues, como un elemento más, pero no el único, de una política preventiva. Lo cual valdría seguramente para controlar el consumo peligroso de bebidas alcohólicas, conseguir una alimentación más saludable o mantener una actividad física suficiente.

Claro que hay otras cuestiones que agravan la presión. Por ejemplo, el hecho de que los equipos sean más bien un conjunto de profesionales que un grupo con objetivos, intereses, estrategias y actividades compartidas; o las dificultades para simplificar las tareas administrativas y burocráticas que, según la percepción de muchos profesionales, resultan demasiado engorrosas y no siempre está claro que sean útiles. Y la relación, a menudo subordinada, con la atención especializada. Son situaciones que sólo se pueden solucionar si se mejora la organización.

Estos aspectos de la práctica asistencial requieren una reorientación profunda de las actividades sanitarias, que, en cierta forma, promueven iniciativas como el Programa de Actividades Comunitarias en Atención Primaria (PACAP) o el proyecto Actuando Unidos para la Salud (AUPA). Cualquier incremento de los recursos sin acometer una drástica transformación será como aumentar el caudal de agua en un recipiente agujereado.

Andreu Segura es profesor de Salud Pública de la UB (asegurabene@ub.edu ) y Amando Martín Zurro es doctor en Medicina y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

dermatólogos en los centros de salud



EL MEDICO.COM

"La presencia de un dermatólogo en los centros de primaria descargaría a
Familia"

El presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV),
Julián Conejo-Mir, cree que es necesario incluir la Dermatología en la
cartera de servicios del primer nivel asistencial. "Las afecciones
dermatológicas suponen casi el 25 por ciento de las consultas de primaria.
Es decir, que un porcentaje importante de las patologías de la piel no
están siendo prevenidas ni abordadas por un dermatólogo. Además, su
presencia en los centros de atención primaria podría aliviar las listas de
espera de los médicos de familia". Así lo ha explicado a DM el presidente
de la sociedad científica durante el transcurso del II Curso de Formación
de Tutores de Dermatología organizado por Merk, que se ha celebrado en
Madrid.
Mª Carmen Rodríguez12/05/2008
El presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV),
Julián Conejo-Mir, cree que es necesario incluir la Dermatología en la
cartera de servicios del primer nivel asistencial. "Las afecciones
dermatológicas suponen casi el 25 por ciento de las consultas de primaria.
Es decir, que un porcentaje importante de las patologías de la piel no
están siendo prevenidas ni abordadas por un dermatólogo. Además, su
presencia en los centros de atención primaria podría aliviar las listas de
espera de los médicos de familia". Así lo ha explicado a DM el presidente
de la sociedad científica durante el transcurso del II Curso de Formación
de Tutores de Dermatología organizado por Merk, que se ha celebrado en
Madrid.

En la reunión, a la que han asistido 55 de los 58 tutores de la
especialidad en España, se ha tratado de unificar los criterios sobre su
función docente. Aunque reconoce que el decreto formativo MIR ha supuesto
un avance en la regulación de aspectos clave en la labor del tutor, pide,
como las demás especialidades, que se reconozca su trabajo con incentivos
salariales y que se incluya su dedicación entre los méritos de la carrera
(ver DM del 12-XII-2007).

Iniciativa docente

Conejo-Mir ha manifestado la necesidad de establecer una formación previa
del tutor y de potenciar los cursos especializados para este colectivo. En
este sentido ha resaltado que la sociedad que él preside asumirá entre un
20 y un 25 por ciento de la actividad docente en cosmética, una de las
facetas de la especialidad que sólo desarrolla la medicina privada y que
supone el 20 por ciento de las consultas dermatológicas. Reclama además que
se acrediten nuevos centros privados para garantizar que los residentes
cubran su formación en este ámbito.

El presidente de la AEDV ha destacado también que es preciso adecuar la
especialidad a las necesidades de la población, aumentar las plantillas de
dermatólogos en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y mejorar sus
condiciones retributivas para reducir la brecha salarial que existe entre
el ejercicio público y privado: "El sueldo de un jefe de servicio en la
sanidad pública es inferior a la retribución semanal que percibe un
dermatólogo en un centro privado. Los médicos jóvenes lo saben y por eso
cuesta retener a este colectivo cuando finaliza su periodo de formación
posgraduada.

Aun así, muchos facultativos siguen apostando por el sistema público porque
en él pueden desarrollar mejor la carrera investigadora".

El máximo responsable de la sociedad se ha mostrado muy esperanzado con el
crecimiento que ha experimentado la especialidad en los últimos años y la
calidad asistencial que tiene la Dermatología en España, pero ha destacado
la necesidad de "potenciar el capital humano" de esta disciplina.

Hay que mejorar las condiciones retributivas del ejercicio público para
reducir la brecha salarial que existe con respecto a la medicina privada

genericos e incentivos


EL NORTE DE CASTILLA

El TSJ declara ilegal el pago de 348.400 euros a 134 médicos por recetar genéricos
El 25% de los facultativos de Atención Primaria de la provincia recibieron esta prima en el 2006 Sacyl premió con 2,3 millones a 886 profesionales de la región


13.05.08 - PILAR ROJO / ANA SANTIAGO
Servicio farmacéutico del Hospital Río Hortega.
El incentivo de 2.600 euros que cobran los profesionales de Atención Primaria como premio por recetar medicamentos genéricos es ilegal. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha dictado una sentencia firme que insiste en la libertad que debe tener todo facultativo para prescribir los fármacos que considere más convenientes para cada paciente, sin estar sometido a presiones o promesas de premios o incentivos económicos si se decanta por alguno en particular.

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La demanda hace referencia a los incentivos pagados en el 2006, que premian los objetivos cumplidos en realidad en el ejercicio anterior. En Valladolid cobraron dicha prima, en el año al que hace referencia el fallo judicial, 134 médicos, lo que supuso a las arcas sanitarias 2.303.600 euros. En toda la comunidad, la cifra se eleva a 886 los profesionales que cumplieron el llamado 'índice sintético'; de los que 805 eran médicos de familia y 81 pediatras. Este 'premio' alcanzó en la productividad variable del 2007 a 238 médicos de los 535 que ejercen en los centros de salud, es decir, el 44,4% que percibieron un total de 512.032 euros. En toda Castilla y León, los beneficiarios fueron 1.020 y recibieron 2.6 millones de euros.

El fallo judicial del alto tribunal autonómico pone fin a un largo conflicto judicial que inició el sindicato Uscal en el año 2006, cuando la Consejería de Sanidad publicó una orden que permitía a Sacyl establecer los llamados 'objetivos estratégicos', uno de los cuales permitía incentivos económicos a los médicos que recetaran medicamentos genéricos, que evitaran los incluidos en un grupo denominado de innovación tecnológica y que únicamente marcaran en la receta el principio activo. El sindicato Uscal, que preside Fernando Gutiérrez Casas, presentó entonces una demanda en el Juzgado Contencioso número 2 de Valladolid contra esta orden. El órgano judicial falló en contra de la Junta y ahora el TSJ acaba de dictar una sentencia firme en el mismo sentido e impone a la Administración regional, además, el pago de todas las costas del proceso.

Uno de los argumentos del sindicato era estrictamente jurídico:
La Junta no tiene competencias para primar unas medicinas sobre otras, ya que estos criterios son estrictamente estatales y están recogidos en la Ley del Medicamento, una normativa vinculante que ninguna comunidad puede adaptar a sus necesidades particulares. El segundo motivo que Uscal ha defendido en los tribunales es de carácter sanitario, ya que considera que no todos los fármacos de la misma familia cumplen la misma función. «Además del principio activo, que es el mismo, hay que tener en cuenta otra serie de factores que pueden cambiar el resultado final como son los excipientes. A modo de ejemplo, la mayoría de los genéricos llevan lactosa, que es más barata, y hay un porcentaje elevado de personas que no pueden tolerarlo», afirmó Gutiérrez Casas.
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Laboratorios

El TSJ acepta la teoría planteada por el sindicato demandante. Uscal incide en que prescribir genéricos beneficia fundamentalmente a algunos laboratorios que comercializan este tipo de fármacos. «El ahorro económico que nos quiere vender desde Sacyl no es cierto, puesto que en muchas ocasiones el medicamento con marca comercial es incluso más barato que el genérico. Ese argumento no es válido. Tampoco lo es el de prescribir por principio activo, que beneficia al farmacéutico, que puede dispensar el que mayores beneficios económicos le aporte, teniendo en cuenta que hay laboratorios que ofrecen incluso el dos por uno. Tampoco podemos aceptar que se penalicen algunos medicamentos denominados de innovación tecnológica, que han sido autorizados por el Ministerio tras pasar duras pruebas. Como paradoja, se penalizaba el Nexium, un medicamento para la patología digestiva cuya eficacia, según Sacyl, no estaba probada, aunque luego fue elegido Medicamento del Año en Europa por la Industria Farmacéutica», afirmó.

Uscal pedirá que se ejecute el fallo, lo que supondrá que los médicos que cobraron el incentivo en el 2006, objeto de la demanda, devuelvan ese dinero. Posteriormente, el sindicato buscará la fórmula para reclamar a los responsables políticos de la Consejería de Sanidad que sean los que devuelvan a los facultativos lo percibido como cobro indebido para que no se les perjudique.
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Nombres en la red

Cuando el sindicato Uscal recibió en el 2006 el listado de todos los médicos de la región que habían recibido incentivos por recetar genéricos decidió colgarla en la red para que todos los pacientes pudieran saber si su médico o pediatra de cabecera era de los que cobraban por prescribir ese tipo de medicamentos. La medida originó cierto malestar entre los afectados, aunque el sindicato argumentó que, al tratarse de dinero público, el empresario, que son los ciudadanos, «tienen derecho a saber a qué se dedica».

citologias y valor predictivo.Juan Gervas.


El valor predictivo depende sobre todo de la prevalencia de la enfermedad en
la población de que procede la paciente.
Los CIN1, ahora LSIL, son variaciones de la normalidad.
Los HSIL engloban CIN2 y carcinomas in situ.
Los CIN2 desaparecen espontáneamente en el 40% de los casos.
Y no conocemos la historia natural de los carcinomas in situ de cuello de
útero (ni de ningún otro sitio, como mama o próstata).
No hay un sólo ensayo clínico sobre el cribaje del cáncer de cuello de útero
con citologías.
Y todo lo que ahora van a "inventar" con el VPH es sólo fruto del consenso,
no de ensayos clínicos ni similiares.
Non sensus consensus.
Se deduce, pues, un sobre-diagnóstico y una sobre-actuación (con todas sus
consecuencias de decrecimiento de salud, sexual, orgánica y psicológica, si
se pueden segmentar las "saludes").
Insisto, lo mejor sobre esto, del grupo de Andreu Segura

lunes, 12 de mayo de 2008

valor de la citologia en españa




-el fundamento del no uso de la citología en España, por la baja prevalencia
del cáncer de cuello de útero (una de las menores del mundo) lo puso en 1984
Andreu Segura y su grupo, con un clásico trabajo (Med Clín (Barc)
1984;82:83-6)
que tuvo y ha tenido impacto en política sanitaria

-otra cosa es que la inmensa mayoría de las mujeres vayan anualmente al
ginecólogo, a hacerse "la revisión" sin ningún fundamento científico pero
con hartas consecuencias indeseables para su salud

-por cierto, el autor del artículo del Am J Med, Sawaya GD, es un clásico en
estas cuestiones; por ejemplo, su excepcional editorial en el New England J
Medicine de hace un año (2007;356:1991-3), sobre los problemas de la vacuna
contra el virus del papiloma humano

Juan Gervas

domingo, 11 de mayo de 2008

vacuna papiloma virus




-toda actividad médica (preventiva y/o curativa) tiene efectos perjudiciales
(por eso la actividad médica es la cuarta causa de la mortalidad en EEUU,
por ejemplo)

-la vacuna contra el VPH tiene efectos perjudiciales conocidos y
desconocidos; entre estos últimos, he predicho la medicalización de la
menarquia, y la alianza de las 6 sociedades con la industria y sus
sugerencias de exámenes ginecológicos a las niñas-adolescentes lo confirman
(pronto tendremos las "unidades de menarquia"; Gérvas J. Menarquia. El
Médico. 1999;706:14; no les frena la morbilidad y mortalidad provocadas por
las "unidades de menopausia" con los parches)

-la citología de cuello de útero tiene bajísima sensibilidad, y más después
de varias citologías normales; puede ser menor del 1% en estos casos en los
que ya no habrá sino displasias; las mujeres cultas, de clase media-alta y
urbanas se hacen citologías "a gogó", pero lo pagan en salud (falsos
positivos, colposcopias, conocizaciones e histerectomías innecesarias); el
consumo médico innecesario y "lujoso" es como el pecado, que decían los
curas (lleva en sí mismo la penitencia)

-más intervenciones médicas es menos salud (y más dinero para los
interesados)

-juan gérvas

infecciones hospitalarias , españa




Infección hospitalaria .EL PAIS
El hospital tardó 20 meses en acometer las obras que acabaron con el brote
La bacteria se hizo inmune al único fármaco existente para combatirla
ORIOL GÜELL 11/05/2008

El hospital público 12 de Octubre de Madrid ha mantenido durante casi dos años una lucha sin cuartel contra una cepa de la bacteria Acinetobacter baumanii multirresistente a los antibióticos y especialmente letal para las personas con el sistema inmunológico deprimido. El brote, que se inició en febrero de 2006 y ha tardado 20 meses en ser controlado, ha afectado a 252 pacientes, de los que 101 han fallecido. En 18 casos "la muerte fue atribuible a la bacteria", según la investigación del hospital, y en el resto, pacientes ya muy graves, fue "un elemento contribuyente, pero no determinante", explica Juan Carlos Montejo, médico de medicina intensiva del 12 de Octubre.

Una media de 11 pacientes resultaban infectados cada mes en el centro

El 12 de Octubre pidió permiso para usar un nuevo antibiótico
Montejo considera que el brote de acinetobacter en el 12 de Octubre "no debe ser utilizado para causar alarma ni cuestionar la asistencia médica ofrecida, sino para aprender de un importante problema de la actividad clínica en todo el mundo: las infecciones hospitalarias por bacterias cada vez más resistentes".

Las alarmas saltaron en la UCI del hospital el 16 de febrero de 2006 tras diagnosticarse el tercer caso de infección por acinetobacter en la UCI en pocos días. Una situación que el hospital consideró en un primer momento "preocupante pero casi rutinaria, porque estas infecciones son algo a lo que nos enfrentamos muy a menudo", recuerda Montejo.

Poco a poco, sin embargo, el acinetobacter fue desplegando sus dos principales características: la facilidad para expandirse y desarrollar resistencias a los antibióticos. "Rozas a un enfermo que la tenga en la piel y, si no te desinfectas las manos de inmediato, la vas dejando en todo lo que tocas", explica Joaquín Fernández-Crehuet, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva.

En los meses que siguieron a febrero de 2006, la bacteria se hizo fuerte en la UCI y desde allí fue apareciendo en otros servicios del hospital, como medicina interna o las plantas de enfermos quirúrgicos. Y lo que fue aún peor: los médicos se quedaron sin antibióticos para hacerle frente. De las decenas de principios activos disponibles en el mercado, el acinetobacter sólo era sensible a uno en febrero de 2006, la colistina. Meses después, sin embargo, ni este fármaco podía ya matarlo. En al menos tres pacientes, de los más de 252 afectados, la cepa desarrolló resistencias y el centro tuvo que "pedir autorización para usar un antibiótico que entonces aún no estaba comercializado, la tigeciclina", explica Montero.

Con el paso del tiempo, la cifra de afectados fue aumentando. La media mensual de nuevos diagnósticos ha sido de 11, aunque ha habido momentos más virulentos en los que casi diariamente surgía un nuevo caso y otros en los que pasaban hasta 10 o 15 días sin nuevos afectados.

"Hacer frente a un brote como este llega a ser desesperante", explica José Garnacho Montero, del hospital Virgen del Rocío de Sevilla y ex coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Semyuc). "Estas bacterias sobreviven sobre casi cualquier superficie, en cualquier rincón. Lo desinfectas todo, negativizas a todos los pacientes, y de repente vuelve a surgir porque alguien ha tocado ese rincón y sin querer ha empezado a extenderla. Y antes de que te hayas dado cuenta, la bacteria ya está por todas partes otra vez", añade. Para la mayoría de la gente la bacteria no es peligrosa. "Una persona sana la combate sin trastornos. De hecho, hay personas que viven con ella sin sufrir ningún daño", explica Fernández-Creuhet. "Suele vivir en las ingles o axilas. En las UCI de los hospitales el peligro es que encuentra personas debilitadas y que, tras años de contacto diario con los antibióticos, se ha hecho muy resistente", añade.

Cuando llega a un enfermo, coloniza la piel. El siguiente paso ya es mucho más peligroso. Si entra en las vías respiratorias por los aparatos de respiración asistida, puede causar graves neumonías. Si llega a la sangre por cualquier herida o por el pinchazo de una aguja, la sepsis puede ser letal.

Las recetas para frenar un brote son "tan sencillas como difíciles de cumplir al 100%", coinciden los expertos consultados. Lo primero, aislar al enfermo ya infectado y tratar de revertir la situación con antibióticos y una higiene exquisita. "Nadie que lo atienda debe tocar nada ni a nadie sin antes desinfectarse las manos", explica Garnacho.

"Luego debe evitarse que ningún instrumental, ni trozo de ropa, ni útil de limpieza utilizado con el colonizado y la cama en la que esté ingresado entre en contacto con otros objetos o personas del resto de la UCI. Porque ahí se quedará y desde allí, saltará a otro espacio, y de allí a otro, hasta llegar a un nuevo enfermo", añade.

Por último, los expertos coinciden en que debe "apostarse porque el personal del servicio sea el suficiente y reciba la formación adecuada para interiorizar los hábitos que evitan las conductas de riesgo".

Unas medidas que, según la dirección del 12 de Octubre, se han cumplido escrupulosamente durante los 20 meses que ha durado el brote. Trabajadores de la UCI y el sindicato CC OO consideran, sin embargo, que "seguramente podría haberse hecho más y, sobre todo, mucho antes". "Durante dos años, el personal de enfermería ha estado denunciando la falta de personal y de material para cumplir con los estándares adecuados de calidad. Había días que incluso faltaba papel secamanos y pijamas limpios", lamenta Enrique Orsi, de CC OO. Estas quejas (ver información adjunta) han dejado un rastro de decenas de documentos en los dos últimos años.

Montejo resta importancia al impacto en el desarrollo del brote de unos "hechos que, aunque pueden ser ciertos, son siempre puntuales". "El hospital ha trabajado en bloque contra la infección, con todas las comisiones y los servicios afectados implicados", afirma Montejo. El centro defiende su gestión ante la crisis y asegura que la mortalidad en el hospital se ha mantenido estable en los últimos años.

El centro admite que la opción más drástica, el cierre de la UCI y el traslado de los enfermos a otros hospitales, ha sido "barajada desde el principio" y que en al menos cuatro ocasiones se procedió "al cierre parcial del servicio para desinfectar a fondo algunas zonas".

Algunos de estos cierres se llevaron a cabo durante el verano de 2006, aprovechando el descenso de actividad por las vacaciones y tras haberse registrado "días con todos los enfermos de la UCI contaminados", recuerda Orsi. Pero, con la llegada del otoño, el acinetobacter resurgió.

Al final, tras un año y medio de lucha, el 12 de Octubre apostó el pasado verano por la solución final: recolocar a los pacientes en otras unidades de críticos del centro y echar la UCI por tierra para construirla de nuevo y ya libre de la bacteria.


Acinetobacter
- Las 17 especies de la bacteria son comunes en el medio ambiente. Del 3% al 18% de la población es portadora sana.- Causa entre el 6% y el 9% de las infecciones hospitalarias.- Un estudio llevado a cabo en 2005 en 25 hospitales españoles mostró la presencia de cepas de la bacteria en todos ellos.

drogas legales




Lo último en drogas: doparse en la farmacia
Alarma por el aumento del uso recreativo de psicofármacos - Recetas falsas, urgencias fingidas o Internet proveen las sustancias
MÓNICA L. FERRADO 10/05/2008 EL PAIS


Nadie discute sobre la necesidad, la eficacia y los beneficios de los psicofármacos. Medicamentos como los analgésicos opioides, los ansiolíticos o los estimulantes son seguros cuando se toman con unos objetivos terapéuticos concretos, bajo control médico y en las dosis adecuadas. Sin embargo, lo que buscan en ellos algunas personas no es curar una enfermedad, sino directamente drogarse. Algunos, cual farmacia ambulante, los incorporan a su kit nocturno, junto a sustancias ilegales. Otros, lejos de los círculos convencionales que se asocian con el consumo de drogas, empiezan a tomarlos de forma inocente y los acaban necesitando como una muleta cotidiana. ¿Es éste otro de los síntomas de que la sociedad ha perdido el respeto al medicamento?


Un 22% de los abusadores consume analgésicos
Medicamentos y drogas ilegales se mezclan para potenciar su efecto
En EE UU las drogas legales son las más consumidas tras el cannabis
Los farmacéuticos identifican 27 fármacos utilizados de forma lúdica
El 63% de los que se enganchan a los fármacos son varones

"Empecé con una pastilla al día y acabé con 30", dice una mujer
Los usuarios creen más seguro doparse en la botica que con los 'camellos'
Muchos empezaron por prescripción, pero decidieron no parar la dosificación
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas (JIFE) alertó el año pasado de que el uso indebido y el tráfico de medicamentos de venta con receta había aumentado en todo el mundo. En Estados Unidos, el consumo lúdico de fármacos de prescripción sobrepasa ya al resto de drogas, excepto al cannabis. Los expertos coinciden en que es preocupante, pero pocos países conocen su situación real. Incluso la JIFE aconseja crear mecanismos para reunir datos que documenten esta realidad.

Ponerle cifras es, por tanto, difícil. Se venden en el mercado negro, en Internet y en las farmacias. Aunque sólo sea la punta del iceberg, en España el Observatorio de Medicamentos de Abuso (OMA) del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona acaba de concluir un estudio de dos años gracias a las notificaciones de los farmacéuticos de la provincia de Barcelona. Según los resultados, se está abusando de forma lúdica de un total de 27 sustancias. Un 22% de los abusadores consumen analgésicos, la mayoría con opiáceos (codeína); un 12% de ansiolíticos o tranquilizantes (benzodiacepinas); un 10% de estimulantes y el resto una amplia gama de sustancias, incluido el misoprostol, que sólo se receta para tratar la úlcera, aunque se utiliza para abortar.

Lidia se conoce todas las farmacias del área metropolitana de Barcelona. Tiene 52 años y toma ansiolíticos desde los 16. Empezó por prescripción médica, tras suspender un curso de bachillerato, pero cuando el doctor le dijo que ya no era necesario que los tomase, que tenía que ir dejándolos gradualmente, fingió y continuó haciéndolo. "Empecé con una pastilla al día, y he llegado a tomar hasta 30". Al cumplir los 20 años, se sumó el alcohol. "No buscaba la euforia, sino el bajón, potenciar el efecto tranquilizante". Por aquel entonces, Lidia empezó a trabajar como relaciones públicas. Sus jornadas eran largas, su entorno laboral exigente y muy falso. "Me ayudaba a aguantar la mentira, no la soporto".

Sin recetas ya no podía conseguir su dosis diaria. Así puso en marcha el ingenio. "Durante muchos años he tenido dos cartillas de la Seguridad Social, una la conseguí en el mercado negro", explica. "Me iba a urgencias, al psiquiatra, al médico de cabecera, y a otros doctores cuando estaba de viaje. Luego, me pasaba tardes enteras yendo a farmacias en ciudades de los alrededores de Barcelona, lejos de casa para que no me pillaran", explica. "Acumulaba recetas, pero descubrí que si no las tenía también podía comprárselas a los camellos en una plaza cerca de casa", añade.

El caso de Lidia no es excepcional, reconoce Rafael Borrás, director del OMA. Para detectar al cliente abusador, el farmacéutico debe tener los ojos bien abiertos, incluso cuando hay una receta por medio. "Muchas veces es gente que pide el tamaño grande, que traen más recetas de las normales aunque estén en regla. Además, si hablas con ellos te acabas dando cuenta de que conocen muy bien el fármaco y, sobre todo, sus efectos secundarios, que al fin y al cabo es lo que buscan experimentar".

Para conseguir el medicamento en la botica, en un 19% de los casos se utilizan recetas falsas. Imitan las de las consultas privadas, o las roban y el profesional les descubre porque están mal cumplimentadas. Otro 30% acude sin receta, "inventan mil historias para justificar que la han perdido o practican el chantaje emocional para convencer al farmacéutico", explica Borrás. En el resto de casos, el farmacéutico ha acabado detectando las intenciones del usuario por su comportamiento, aunque llevaba prescripción.

Entre las personas que los toman, hay perfiles de todo tipo, explica Borrás. El 63% son hombres. En cuanto a las edades, el 45% tiene entre 25 y 35 años. El 28%, entre 36 y 46. Los menores de 24 años sólo son un 15%. Los patrones de uso también son variados. "Desde personas que los mezclan con otras drogas, a usos más inocentes, como quienes abusan de los tranquilizantes o se enganchan a jarabes que contienen analgésicos opioides", explica. Estos últimos son los mismos que toma el popular protagonista de House. Los empezó a tomar para el dolor y ahora es adicto.

Los medicamentos siempre han formado parte de la cultura de la droga, afirma Carlos Campos, terapeuta y educador en un centro residencial terapéutico, Vives CRT. Las personas adictas a la heroína, por ejemplo, siempre han echado mano a los analgésicos opioides.

Campos acaba reconociendo que hoy día se utilizan más. "No es que entonces se fuese más tonto, es que ahora hay más información. En los foros de Internet o con el boca a boca, la gente comparte información sobre los efectos de drogas ilegales y de medicamentos de prescripción", explica.

Los hábitos han cambiado. Hace unos años, los consumidores de drogas eran fieles a una sustancia concreta. Sólo coqueteaban con otras, o acudían a ellas cuando no tenían acceso a la que estaban habituados. Hoy día ya no existe el consumidor puro, y ahí también entran los medicamentos de prescripción.

Según la última encuesta domiciliaria sobre alcohol y drogas de 2006 del Plan Nacional de Drogas, un 10,6% de los cocainómanos también toma tranquilizantes, además de otras sustancias como alcohol, tabaco o anfetaminas.

Rafael Borrás cree necesario investigar en otros frentes. "Hemos detectado más de 150 páginas web en las que es posible comprar fármacos que precisan receta sin pedirla. Hay demasiada información que se está pasando por Internet, donde, además, el 40% de los medicamentos que se ofrecen son falsos".

Carlos Campos corrobora que los más utilizados por las personas que acuden a los centros de desintoxicación son los ansiolíticos. "Se están mezclando con la cocaína, para bajar el efecto de la droga y poder ir a dormir. También con el alcohol, para potenciar su efecto", explica. En el caso de otros medicamentos, directamente se buscan nuevas sensaciones. Estados alterados de consciencia, como la disociación entre cuerpo y mente. En definitiva, un "nuevo viaje".

Nuria tiene 19 años y sigue un programa de desintoxicación. A pesar de ser tan joven, lo ha probado casi todo. En su caso ha sido un anestésico de uso veterinario, la ketamina, que se consume sobre todo en raves [fiestas nocturnas que se prolongan cuando sale el sol], el que la ha llevado al extremo. Algunas personas intentan comprarlo en farmacias, aunque lo tienen pocas. "Me daba respeto tomarlo, pero un día me lancé. Ves que tus colegas lo toman, que no les pasa nada y te lanzas". Explica cómo actúa este psicodélico: "Es como si el cuerpo y la mente se separasen".

El primer viaje la llevó a desmayarse, pero pese a ello volvió a probarlo. A veces se lo compraba a algún camello, otras se lo pasaba algún colega, e incluso llegó a cocinar el medicamento en casa porque con el calor se separa la sustancia activa. Los amigos le explicaron cómo hacerlo. ¿Se creen expertos farmacéuticos? "Eso no lo piensas, eres joven y el resto lo hace, crees que nada pasará". Hasta que ocurre. "Puede llegar a provocar convulsiones, parálisis, náuseas, paradas cardiorrespiratorias e incluso la muerte si lo combinas con alcohol u otras sustancias", dice Borrás.

Fuera de los círculos que tradicionalmente se asocian al consumo de drogas, también hay personas que se enganchan a los medicamentos. Es el caso de los ansiolíticos. "No se puede perder de vista que la ansiedad es una de las enfermedades más comunes en nuestra sociedad", afirma Cecilio Álamo, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares. Son personas a quienes "el médico se lo ha recetado en alguna ocasión, les ha dicho que lo dejen de tomar pero continúan porque les resulta más fácil tirar adelante tomando una pastilla. Su objetivo es alcanzar un punto de bienestar normal, no drogarse", explica.

El problema es que muchos acaban enganchándose, y que no siempre llegan a la red asistencial. Ancianos, hombres y muchas mujeres. Con frecuencia ocurre en un periodo de su vida en que se ven obligados a enfrentarse a algún tipo de pérdida. No hay datos y el terreno se vuelve pantanoso cuando a los expertos se les plantea por qué ocurre. ¿La falta de tiempo de los médicos de asistencia primaria para una dolencia de largo recorrido? ¿Una sociedad que ha perdido su fortaleza para afrontar los problemas de la vida? Muchas veces existe algún otro problema de fondo, y lo adecuado sería tratarlo. No hay que perder de vista que cuando un enfermo debe abandonar los tranquilizantes por indicación médica, siempre debe hacerlo gradualmente. Por tanto, quienes continúan tomándolos sin prescripción pueden acabar desarrollando adicción. "La maquinaria de la neurona se acostumbra a trabajar con esa pieza", apunta Álamo.

Según datos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA), 6,3 millones de americanos manifestaron haber utilizado medicamentos de prescripción para usos no terapéuticos en el año 2003. El número de estadounidenses que abusan de fármacos de venta con receta sujetos a fiscalización se duplicó prácticamente entre 1992 y 2003. Buena parte de ellos son menores de 24 años y los toman con el fin de experimentar nuevas sensaciones o mejores rendimientos en la escuela.

En España, los expertos creen que la situación no ha llegado a estos extremos, pero que hay que estar alerta. "En Estados Unidos el problema afecta sobre todo a adolescentes. Sin embargo, aquí estamos viendo que sobre todo es gente adulta, entre los 24 y los 35 años. Creemos que pueden ser consumidores muy informados que ya vienen utilizando otras drogas, pero que llega un punto en que no se fían de lo que compran en la calle porque han tenido un mal viaje y no se fían de la que les vende el camello, que puede estar muy cortada [mezclada] con cualquier otra cosa".

En estos casos, para ellos el medicamento es algo que conocen, lo perciben como una sustancia pura, segura. Piensan: "En la farmacia no me van a engañar", explica Rafael Guayta, miembro del comité científico del OMA. El fármaco se ve como algo más limpio, con garantías. Sin embargo, olvidan que la química, igual que muchas otras cosas, puede ser perjudicial o beneficiosa según el uso que se haga de ella.


Cuando el dolor lleva a la adicción
También las personas con dolor crónico, con migrañas, pueden acabar desarrollando adicción a los analgésicos. "Muchas veces cuando les dices que tienen este problema se ofenden y te dicen ¿Qué crees, que lo tomo por gusto?", explica Patricia Pozo, neuróloga de la Unidad de Cefaleas del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de la Vall d'Hebron en Barcelona. Por su consulta pasan pacientes que padecen graves migrañas, que se han convertido en crónicas a causa de la adicción que les ha generado el abuso de los analgésicos. La mayoría son mujeres: "Es lógico, la cefalea afecta a 80 mujeres por cada 20 hombres", afirma Pozo.

El dolor les hace ir aumentando la dosis, sin que el médico se lo haya dicho, y la cefalea se acaba convirtiendo en crónica. "El dolor inicial empeora y se cronifica, porque a causa del abuso el sistema se ha sensibilizado, el tipo de dolor se ha transformado, es continuo aunque más llevadero, y aumenta cuando no toman el medicamento porque, en realidad, lo que les está ocurriendo es equivalente al mono", explica Pozo. "No sabemos por qué, pero hay personas con predisposición a generar esta dependencia, podría haber una base genética, o educacional; si en tu casa has visto toda la vida a tus padres tomando muchos analgésicos es posible que acabes procediendo igual", explica. Muchos terminan tomando tranquilizantes porque el abuso de analgésicos también genera dificultades para dormir. "El enfermo no quiere drogarse, quiere curar su dolor, pero lo acaba haciendo", explica Pozo.

Las personas adictas a los analgésicos también deberían seguir programas de desintoxicación para dejarlos. "Hay que cortar por lo sano", afirma Pozo, que para tratar estos casos trabaja en colaboración con Carlos Roncero, psiquiatra y coordinador del ambulatorio de drogodependencias del Hospital de la Vall d'Hebrón. "Se les enseña a diferenciar los estímulos que les desencadenan las ganas de tomar el medicamento, aprenden técnicas para manejar el dolor de otra manera y se analiza si hay otros rasgos de enfermedades psiquiátricas", explica Roncero. En la mayoría de los casos no hace falta hospitalización.

El médico detecta estos abusos en pocos casos. "Todos sabemos que en la primaria el problema son los pocos minutos de visita", apunta Carlos de Barutell, presidente de la Sociedad Española del Dolor. Y el poco acceso a centros especializados en el tratamiento del dolor. Actualmente, tan sólo un 2% de los enfermos con dolor crónico llega a tratarse en las unidades adecuadas, y un 85% se visita en primaria. "Los analgésicos son una familia muy numerosa de medicamentos, se debería regular que se sirvieran también con receta", concluye Barutell.

sábado, 10 de mayo de 2008

vacuna contra el virus del papiloma humano



Ayer, jueves 8 de mayo de 2008, tuvo lugar el seminario anunciado sobre "La
vacuna contra el virus del papiloma humano", promovido por la Asociación
Internacional de Estudiantes de Medicina de España-Universidad Autónoma de
Madrid, en la Pagoda de dicha Facultad de Medicina.
Me gustaría difundir algunas de las ideas clave y "nuevas" que discutí en el
mismo.

1/ El cáncer de cuello de útero es una enfermedad/mortalidad de mujeres
pobres y marginales (en los países desarrollados), y de mujeres de países
pobres. Es, casi, la primera enfermedad de pobres que interesa al mundo.
Casualmente, la solución que se propone se aplicará mayoritariamente a las
mujeres que no lo necesitan (educadas, clase media-alta, sin futuro ni de
prostitución, ni de pobreza, ni de cárcel, ni de drogadicción). Casualmente,
una enfermedad/mortalidad de pobres interesa cuando hay gran negocio de por
medio.

2/ Hay que promover en el mundo un contrato para que las farmacéuticas que
producen la vacuna (y aseguran que es "el inicio del fin del cáncer de
cuello de útero", y que el efecto se mantiene más de 30 años) a/ se hagan
cargo de los costes de re-vacunación si resulta falsa la expectativa de
duración, b/ acepten las reclamaciones por cáncer de cuello de útero en las
vacunadas correctamente, y c/ donen una dosis a los países en desarrollo por
cada dosis empleada en un país desarrollado.

3/ En las reclamaciones y denuncias por los anuncios directos a la población
sería bueno que se sumasen, al menos, SEMFYC (Sociedad Española de Medicina
de Familia y Comunitaria) y SESPAS (Sociedad Española de Salud Pública y
Administración Sanitaria) [ambas sociedades se han sumado a la petición de
la moratoria de la vacuna] a las feministas baleares que ha iniciado el
proceso judicial.

4/ En el caso de que la vacuna contra el VPH tuviese los problemas que está
teniendo la vacuna heptavalente contra el neumococo (multiplicación de
enfermedades agresivas y graves por cepas "seleccionadas" por la vacunación,
al cambiar la ecología de la infección) habría que exigir a los expertos y
responsables políticos y de las asociaciones que promueven la vacunación
inmediata que examinasen públicamente su conducta y sus conflictos de
intereses.

Por último, destacar que un estudiante preguntó acerca de la defensa del
Ministro de Sanidad y Consumo de España, en una entrevista en el Suplemento
Semanal del diario El País, acerca de que "la oposición científica a la
vacuna contra el VPH no se despertó hasta que todo estaba ya aprobado" (o
similar). Mi respuesta al estudiante es que el Ministro dijo media verdad (y
"dirán que miente dos veces, si dice la otra mitad", cité de memoria a
Antonio Machado). Al menos, en lo que a mí se refiere, la oposición se
despertó en febrero de 2007 cuando fui consciente de que el Ministerio, las
Consejerías Autonómicas, los expertos, y varias asociaciones científicas
profesionales estaban promoviendo la vacunación inmediata de todas las
adolescentes (y sugiriendo que podría ser beneficioso el vacunar a las que
ya tienen/han tenido actividad sexual, contra toda prueba científica).
Esa media verdad oculta (la alarma ante un uso inesperado de una vacuna
experimental, de la que desconocemos hasta el mecanismo de acción) es lo que
me movió.

No estoy en contra de la vacuna contra el VPH, sino contra las prisas en su
aplicación. Como en toda pauta preventiva, la certeza de sus ventajas tiene
que ser indudable. Hoy, todavía, hay dudas.

Lo que comento para que no quede en el ámbito de un seminario precioso por
el animado debate, con estudiantes de Medicina y Bioquímica de la UAM,
médicos españoles, y estudiantes de la Maestría de Salud Internacional de la
Escuela Nacional de Sanidad de Madrid (de países como Bolivia, Costa Rica,
Haití, Méjico, Nicaragua y Perú, entre otros).
Por supuesto, este texto se puede difundir si se cree conveniente/útil. Y
puedo enviar la bibliografía básica empleada a quien le interese.

Juan Gérvas

martes, 6 de mayo de 2008

visita medica en AP


EL MUNDO

Crece la demanda de registros públicos para hacer transparente la relación con la industria
Rehusar los regalos y la financiación de actividades de las empresas del sector sanitario, incluso los de menor cuantía. Es la propuesta más radical de un grupo de médicos que pretende romper así con la cultura de patrocinio imperante. se imponen nuevas reglas para garantizar la autonomía de los galenos
ISABEL PERANCHO
 
La próxima vez que acuda a consulta repare en la mesa de su médico. Lo más probable es que exhiba multitud de artículos promocionales de la industria farmacéutica y de productos sanitarios: bolígrafos, calendarios, botes para lápices, tacos de adhesivos para notas... En muchos de ellos lucirá el nombre de un medicamento. El mismo que el galeno verá día tras día e, inevitablemente, retendrá en su cerebro. Muy pocos facultativos rechazan estos regalos de escasa cuantía y aparentemente inocentes. Pero lo cierto es que forman parte de la poderosa herramienta de marketing con la que la industria del fármaco y de tecnología sanitaria trata -legítimamente- de influir sobre la prescripción médica. Al menos, hasta ahora. Un millar de profesionales españoles se han sumado a la plataforma 'No gracias', una iniciativa surgida para sensibilizar sobre la falsa gratuidad de este tipo de actividades promocionales.

Carlos Ponte, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central de Asturias, en Oviedo, rompió hace seis años sus relaciones con la industria. "Sí, he ido alguna vez financiado por un laboratorio a un congreso, pero ahora cuando quiero hacer algún curso me lo pago yo, aunque los costes son altos", explica.

Su colega Juan Gervás, médico de atención primaria del centro de salud de Canencia de la Sierra y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, ha ido más allá a la hora de evitar el contacto directo con las empresas sanitarias. En 1974, apenas un año después de empezar a trabajar, dejó de recibir en su consulta a los comerciales de la red de ventas de las farmacéuticas.

"No me aportan nada desde el punto de vista profesional, me obligan a perder tiempo y generan relaciones no deseadas", justifica. Su consulta es un modelo de limpieza. "No hay nada que provenga de los laboratorios, ni bolígrafos, ni alfombrillas para el ratón del ordenador, ni calendarios...", asegura.


NUEVO ESQUEMA

Ambos son miembros destacados de la plataforma 'No gracias', una iniciativa constituida por profesionales de la salud y del sistema sanitario que se presentó en sociedad el pasado 26 de marzo. En apenas un mes, más de un millar de médicos ha enviado correos con firmas en apoyo de la propuesta: "Plantear un nuevo esquema de relaciones que sean transparentes y más equitativas, pensando en el interés del paciente", subraya Ponte.

España ha sido uno de los últimos países en sumarse a un movimiento que surgió hace años en EEUU y que se ha ido expandiendo por todo el mundo como respuesta al complejo entramado de intereses y a la extendida cultura de patrocinio que impera en el sector de la salud.

"En Reino Unido, el 15% de los médicos generales no recibe a los comerciales. Aquí es algo insólito", dice Gervás. En España es todavía difícil visualizar cualquier actividad médico-científica en la que las compañías farmacéuticas y de tecnología sanitaria no estén presentes. De hecho, sufragan la mayoría de ellas. "El 90% de las reuniones científicas no se celebraría si no existiera esta financiación", reconoce Rogelio Altisent, presidente de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial.

Lo cierto es que la formación continuada de los profesionales que trabajan en el sistema nacional de salud está casi exclusivamente en manos del sector industrial. ¿Se puede garantizar así la autonomía del facultativo? Para Carlos Ponte, la respuesta es un "no" rotundo. Y la responsabilidad de la situación recae en la propia administración sanitaria. "No se hace cargo de la formación de su personal y no parece que haya mayor interés en dar pasos en este sentido", lamenta Altisent. "La dejación es absoluta", asiente Gervás.

En medio se encuentra el profesional, que se debate entre la inercia, la complacencia y, últimamente y aún de forma minoritaria, la rebeldía. De hecho, como indica Gervás, la responsabilidad del actual juego de relaciones, calificadas de "incestuosas" en ciertos casos, entre la industria, la Administración, los médicos e, incluso, más recientemente los colectivos de pacientes, no recae en exclusiva sobre las empresas del sector sanitario.


TODOS CULPABLES

"Los profesionales somos víctimas, aunque no inocentes, y también culpables. Algunos denominados expertos médicos manipulan de forma mucho más eficaz que los representantes de los laboratorios. Para muchos, renunciar a la relación con estas empresas representaría perder un tipo de vida. No atender a los comerciales implicaría no recibir libros, ni suscripciones a revistas, ni ir a congresos. Es decir, romper el acceso a lo que se considera normal. De hecho, la industria se ha visto, a veces, forzada a entrar en un juego que no le gusta: le pueden bloquear la prescripción de un producto si no financian un congreso", afirma el representante de 'No gracias'.

Las sociedades científicas y organizaciones profesionales tampoco se libran de sus dardos. "Soy miembro de tres y prácticamente no me llega un documento ni un libro de los que publican, ya que todos se canalizan a través de los comerciales de los laboratorios", afirma.

El alto precio de los congresos también es objeto de crítica: las inscripciones pueden llegar a costar 600 euros, sin contar el viaje ni el alojamiento. "Hay residentes que quieren adherirse a la plataforma, pero rehusan porque dicen que no pueden pagarse ellos mismos la asistencia a estas reuniones", agrega Ponte.

La iniciativa 'No gracias' es la demostración más contundente de que algo está cambiando en el sentir general de la familia sanitaria. Sobre todo tras la reflexión generalizada sobre el verdadero alcance de estas relaciones que propiciaron los escándalos por las muertes asociadas al uso de fármacos como el rofecoxib (VioxX) o la cerivastatina (Lipobay).

Tras estos hechos han sido numerosas las organizaciones profesionales y científicas, revistas médicas, universidades y hasta laboratorios que han revisado a nivel internacional la ética de sus actuaciones e interrelaciones. Como señala Julián Zabala, director de comunicación de Farmaindustria, la patronal que aúna a los laboratorios españoles, "en algunos casos se habla de una industria farmacéutica que ya no existe. Las relaciones han cambiado de forma espectacular, aunque arrastramos los clichés de hace años".

Farmaindustria optó hace tiempo por la autorregulación para supervisar la idoneidad ética de sus actividades. En breve dará a conocer un documento que amplía las recomendaciones recogidas en su 'Código de Buenas Prácticas para la Promoción de Medicamentos y' profundiza en los contactos con los profesionales. "El objetivo es darles transparencia, que siempre que se produzcan se justifiquen con el objetivo que se pretende alcanzar, que consten por escrito y que si hay contraprestación económica, sea razonable", explica José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria.

Esta institución ha verificado en los últimos cuatro años más de 7.000 eventos organizados por los laboratorios. El resultado de este trabajo de autorregulación han sido 6.000 acciones preventivas para evitar infracciones del código y 56 denuncias.

¿Existe entonces espacio para relacionarse con las empresas del sector sanitario sin riesgo? Para Gervás sí, si la relación es transparente, proporcional e independiente. "Debería explicitarse siempre antes de dar una conferencia, participar en la elaboración de un libro o de una guía", ejemplifica.

De hecho, esta costumbre empieza a cundir al otro lado del Atlántico: la primera diapositiva que muestran los ponentes participantes en un congreso es la declaración de los denominados conflictos de interés, es decir, de las posibles colaboraciones y remuneraciones que han podido percibir de alguna compañía. Se supone que así la audiencia tiene información para poder decidir si los argumentos y opiniones del experto pueden haber recibido algún tipo de influencia.

Crear registros públicos en las sociedades científicas y organizaciones profesionales en los que se expliciten las relaciones entre profesionales y empresas con nombres es otra de las fórmulas que se barajan para evitar riesgos.

Y sobre todo buscar cauces independientes para que el médico se forme y reciba información lo más objetiva posible. Los miembros de 'No gracias' y otros profesionales defienden reforzar los denominados boletines farmacoterapéuticos, documentos elaborados por médicos y farmacólogos que revisan la eficacia de medicamentos y otros tratamientos al margen del influjo de intereses comerciales. "Varias comunidades autónomas los editan pero carecen de medios y recursos", reconoce Ponte. Su poder de penetración es ínfimo frente al de las nutridas redes comerciales de los laboratorios.

Equilibrar las fuerzas a la hora de informar es precisamente el objetivo de la insólita iniciativa que acaba de arrancar en varios centros de salud de Cáceres. Con el aval de la Subdirección General de Farmacia de la Consejería de Salud de Extremadura se está formando a un grupo de 24 visitadores médicos independientes de la industria para contrarrestar la información de ésta. "Se trata de que los profesionales sepan distinguir la 'buena mesa' de la 'cocina basura', es decir, de la información sesgada e interesada", señala Luis Palomo, responsable de este Programa de Formación en Práctica Clínica Basada en la Evidencia.


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Internet, punto de encuentro del movimiento de 'rebeldía' médica

El bolígrafo promocional con el logotipo de un medicamento no es más que la punta del 'iceberg' de la cadena de acciones comerciales con las que la industria sanitaria se acerca a los profesionales: invitaciones para asistir a congresos con los gastos pagados, que incluyen estancia en hotel, cenas y comidas; suscripciones a revistas científicas; libros y documentos de Medicina gratuitos... Rechazar la nimia dádiva para la escritura es toda una declaración de intenciones.

Esta es una de las banderas que enarbola la organización estadounidense 'No free lunch' (No a las comidas gratis), la pionera y más radical a nivel mundial a la hora de exigir mayor transparencia en las relaciones entre los profesionales sanitarios y las empresas del sector de la salud.

Una de sus propuestas más provocativas es precisamente la de conceder una amnistía a todos los 'bolis' patrocinados y, para ello, sugiere a los sanitarios que los envíen a la organización, que los canjea por otros que exhiben su logotipo. Los primeros se reciclan enviándolos a una organización no gubernamental.

La iniciativa 'No free lunch' es el germen de un movimiento que empieza a dar muestras de madurez. Existen otras similares en EEUU ('Ban the Bags', para prohibir la distribución de canastillas en las maternidades) y el resto del mundo: 'No free lunch-UK' en Reino Unido, 'No grazie, pago io' (No gracias, pago yo) en Italia o 'No gracias' en España. Internet es el punto de encuentro y el escenario de esta creciente corriente de rebeldía contra la excesiva presencia de las compañías farmacéuticas y de productos sanitarios. Otros proyectos que van ganando popularidad son los de 'Healthy Skepticism' (Escepticismo saludable), una organización no gubernamental australiana que difunde información independiente; la del Center for Medical Consumer, que publica 'HealthFacts', un boletín mensual con evaluaciones críticas sobre los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, o la de la Asociación para la Formación Médica Independiente (AIME, sus siglas en inglés), que edita otro sin patrocinio de la industria. En Francia, la revista 'Prescrire' se hace eco de las informaciones enviadas por médicos que reciben a los comerciales farmacéuticos y evaluan la calidad de los contenidos que ofrecen. Después desvelan qué datos no están avalados por la ciencia.

La realidad es que el médico no tiene a su disposición muchas fuentes independientes de información terapéutica. Y las pocas que existen, muchas veces están en inglés. "Es cierto que si la información no te la da la industria te la tienes que buscar tú, pero puedes hacerlo; y con facilidad", opina Juan Gervás. Luis Palomo, firmante igualmente de la plataforma 'No gracias', tampoco actualiza sus conocimientos a través de la literatura que le ofrecen las compañías farmacéuticas. También decidió dejar de recibir a sus comerciales. Reconoce, no obstante, que actualmente el profesional se enfrenta a un exceso de información que hace "impensable que por si sólo sea capaz de desentrañar la que realmente le puede ser útil". Por eso aboga por institucionalizar la figura de los visitadores médicos independientes para que ofrezcan a los facultativos contenidos libres de sospecha. "Por encima de cualquier información escrita y cualquier boletín, se ha demostrado que lo más eficaz a la hora de difundir información son los encuentros 'vis a vis'", subraya.

La paradoja del programa formativo que se desarrolla bajo su supervisión en el área de salud de Cáceres es que se financia con fondos de la propia industria farmacéutica. El Servicio Extremeño de Salud ha dado apoyo a estas acciones a través del capital destinado a fomentar el uso racional del medicamento, un programa que se mantiene con las aportaciones de Farmaindustria.


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Límites más estrictos

Numerosas organizaciones profesionales y académicas han marcado en los últimos años los límites que sus miembros no deberían cruzar:

Asociación Americana de Facultades de Medicina. La organización que representa a 129 escuelas de Medicina de EEUU ha propuesto esta misma semana prohibir que los laboratorios y empresas de tecnología ofrezcan ágapes, regalos, viajes y remuneraciones por redactar artículos a sus médicos, profesores y estudiantes. Varias universidades se han declarado 'Pharmafree' (Libre de las farmacéuticas).

Consejo de Colegios de Médicos de España. En 2006 aprobó una declaración ética aconsejando explicitar los patrocinios recibidos e instando a la declaración voluntaria de intereses.

Sociedades médicas. Las españolas de Cardiología y la de Ginecología han elaborado marcos éticos. Piden ejercer la autocrítica a la hora de aceptar atenciones comerciales.

lunes, 5 de mayo de 2008

la invasion de los papeles.Rafa Bravo


Rafa Bravo lo cuenta en su blog Primum non Nocere.

Es la invasión de los papelitos.

Un médico de familia recien terminada la residencia está capacitado (o
debería) para el manejo de pacientes crónicos complejos (diabetes,
cardiopatías, artrosis...), la prevención de enfermedades, el
diagnóstico temprano o sospecha de enfermedades graves (cáncer,
neumonía), el control del niño sano (revisiones) y la primera atención
al niño enfermo, la atención de urgencias en cualquier entorno y con
los medios disponibles (desde las urgencias de un hospital hasta la
cabina de un avión), la revisión ginecológica anual de las mujeres, el
control del embarazo sin factores de riesgo, el manejo médico de la
patología psiquiátrica no complicada (la mayoría de los cuadros
ansioso-depresivos), la atención domiciliaria a enfermos encamados,
los cuidados paliativos, el desarrollo de campañas de salud
comunitaria...

Es decir, el médico de familia si está bien formado tiene una
capacidad de resolución del 90% de los problemas médicos (y la
capacidad de detectar ese 10%, mandarlo al especialista adecuado y
coordinar su atención médica).

Ese es el médico que los médicos de familia vocacionales querríamos
ser. Y es un médico que muchos estudiantes de medicina querrían ser.

Si así fuera, y además estuviera bien pagado, no se quedarían vacantes
el 14% de las plazas de medicina de familia en el MIR.

Pero tras acabar la residencia... ¿cuál es la realidad a la que se
enfrentan los jóvenes médicos de familia?... la realidad se llama: "la
lacra de los papelitos".

Tanto los políticos como la clase socioeconómica media-alta
(precisamente los que no hacen uso del médico de familia por tener
seguro privado o ser MUFACEs) no esperan del médico de familia otra
cosa que papelitos. Y esta opinión se extiende a toda la sociedad,
excepto a los más pobres, quienes simplemente no tienen otra opción
que confiar en su médico de familia.

Papelitos y más papelitos. "Vengo a que me de un volante para el
ginecólogo que me toca revisión", "vengo a que me mande al
traumatólogo que me duele la espalda", "mi médico privado me ha
mandado una resonancia pero sale muy cara y vengo a que me haga un
volante para que me la hagan", "vengo a que me de el papelito de la
baja", "vengo a que me de la receta (vale descuento) de este
medicamente que me ha recetado el especialista y que ya he comprado en
la farmacia", "vengo a que me de un justificante para mi hijo de que
no puede ir al colegio", "vengo a que me haga un certificado para ir
al balneario / para jugar al fútbol / para apuntarme a clases de
baile / para ir a un campamento de verano".

Estos últimos (los "certificados") son realmente los más hirientes.
Coge a un médico preparado para manejar situaciones clínicas complejas
y ponle a rellenar papelitos de ese tipo durante un par de años y
tendrás a un médico quemado al que encima se le habrá olvidado todo lo
que sabía.

Legalmente los médicos de familia no tenemos la obligación de rellenar
esos papelitos (ni siquiera tenemos la obligación de dar las altas/
bajas o de hacer las recetas de crónicos que mandan los
especialistas). ¡Como lo oyes! ¡En ningún sitio pone que esas sean
competencias nuestras!. Mucho menos hacer certificados para "la
piscina".

Los pacientes sin embargo lo exigen (y además que sea gratis). El
problema es que si te niegas te ponen una reclamación y los gerentes
entonces se ponen del lado del paciente y a tí te dejan con el culo al
aire.

¿El resultado? Los médicos jóvenes que quieren practicar medicina
terminan por no hacer medicina de familia y los que la hacen, al
acabar, hacen otra especialidad todo con tal de no trabajar de
"rellenadores de papelitos". Los médicos de familia que se quedan
están la mayoría de su tiempo haciendo papelitos (que podría hacer una
administrativa) en vez de hacer aquello en lo que pueden aportar
valor: "ser el médico personal de sus pacientes". Cada vez hacen más
papelitos y se olvidan más de sus conocimientos médicos en un círculo
vicioso difícil de romper.

La lacra de los papelitos también amenaza a la atención primaria del
Reino Unido (ellos lo llaman gansadas). A diferencia que en España,
los gerentes de atención primaria en este caso actúan de manera
razonable: The government has made it very clear that this is an
inappropriate use of taxpayers money and GP time, and this should no
longer be necessary…………As these letters fall outside normal NHS
duties, doctors can decline to supply these letters as there is no
contractual obligation to provide them

¿Faltan médicos de familia o sobran papelitos?