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sábado, 7 de junio de 2008

deficit medicos 2008 cataluña


El 46,5% de los nuevos médicos colegiados en Barcelona son extranjeros

JANO.es y agencias · 05 Junio 2008 10:31
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Actualmente, el colectivo de facultativos extranjeros en el colegio barcelonés representa el 12,3% del total, más del doble que hace una década

El 46,5% de los 1.350 médicos que se colegiaron en Barcelona el año pasado eran extranjeros, frente al 38,4% nacidos en Cataluña y el 15,1% en el resto del país, según datos facilitados por el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB). La cifra de nuevos extranjeros colegiados creció respecto al año 2006, cuando fue el 34,1% del total.

El colectivo de médicos extranjeros colegiados representa un 12,3% del total en Barcelona, con 3.450 de los 27.883 actuales, un porcentaje que casi se ha doblado en diez años, ya que en 1997 eran un 6,6% de los médicos colegiados.

Un 70% de los colegiados extranjeros procede de América Latina, siendo Argentina, Colombia y Perú los países de mayor origen; un 11% de la Unión Europea, con Francia, Alemania e Italia a la cabeza, y un 4% de Europa del Este, procedencia que ha crecido más en los últimos años.

Para estar colegiado, los médicos extranjeros han de tener homologado el título de licenciado en Medicina, según recordó el director adjunto corporativo del COMB, Marc Soler, que recordó lo "farragoso" del procedimiento, sobre todo para obtener la homologación, que puede llegar a durar dos años.

La Consejería de Salud de Cataluña y el Ministerio de Sanidad acordaron esta semana desarrollar un Decreto estatal para agilizar el procedimiento de reconocimiento de los médicos procedentes de fuera de la Unión Europea, sin que ello signifique un cambio en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), en su artículo referente a la homologación de títulos de especialista de profesionales extranjeros extracomunitarios.

La Generalitat de Catalunya pretende que se acorten los plazos para obtener la homologación, que puede llegar a ser de entre uno o dos años, y sea continuada a lo largo del año. Con ello, pretende paliar el déficit de médicos con el que cuenta Cataluña en zonas de la costa o áreas no urbanas, especialmente en verano. Sin embargo, Soler dijo que ésta "no puede ser la solución definitiva".

Webs Relacionadas
Colegio Oficial de Médicos de Barcelona

viernes, 30 de mayo de 2008

disease mongering



PUBLICO.MADRID
AINHOA IRIBERRI - Madrid - 29/05/2008 22:13

El concepto de disease mongering
tiene una difícil traducción al castellano; significa algo a medio camino entre inventar y exagerar una enfermedad. Su fin es ampliar los límites de lo que se considera una patología. En el último lustro, la industria farmacéutica ha sido acusada de explotar esta tendencia. Su objetivo, ampliar la cifra potencial de clientes; incrementar gracias al disease mongering sus de por sí abultados beneficios.

El periodista australiano Ray Moynihan, que ha contribuido de forma notable a la difusión del concepto –es autor del libro Vendedores de enfermedades (Terapias Verdes, 2005)– organizó en su país hace dos años una conferencia sobre el asunto en un momento en el que tres libros habían alertado sobre las maniobras de la industria farmacéutica: El gran secreto de la industria farmacéutica, escrito por Philippe Pignarre, un ex empleado de un laboratorio francés; La verdad sobre las compañías farmacéuticas. Cómo nos engañan y qué hacer sobre ello, cuya autora, Marcia Angell, dirigió la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine; y Los inventores de enfermedades, firmado por el periodista alemán Jörg Blech.

El escándalo Vioxx (un antiinflamatorio superventas retirado en todo el mundo tras provocar en miles de pacientes efectos cardiovasculares graves que el laboratorio Merck conocía y sobre los que no advirtió) había hecho desmoronarse por entonces el prestigio de la industria farmacéutica.

Así que la conferencia sobre disease mongering –que coincidió con un número especial sobre el concepto en la revista PLoS Medicine– no pasó desapercibida.

Cambios sociales
Dos años después cabe preguntarse si aquel foro sirvió de algo. Moynihan responde en la última edición de PLoS Medicine que sí. Afirma que hoy los medios, cuando informan sobre un nuevo fármaco, cuestionan si existe la enfermedad para la que se prescribe.

Además, cuenta Moynihan, la propia industria, personalizada en el presidente de la Federación Internacional de la Industria del Medicamento , Harvey Bale, ha reconocido públicamente que “hay ejemplos de sobrepromoción excesiva”, si bien defendió la ética de los laboratorios al comercializar sus medicamentos.

Desde la patronal española del sector, Farmaindustria , se afirma que acusar a los laboratorios de disease mongering “no es más que ignorancia”. “Es el colectivo médico el que da nombres a las enfermedades, no los laboratorios”, afirma un portavoz de la entidad, que añade: “Hay que tener en cuenta que quien consume medicamentos es un paciente y que no los utilizaría si después no se encontrara mejor”.

El presidente de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria , Julio Zarco, reconoce que “existe el fenómeno sociológico de generar cierto alarmismo para vender más productos”. Este profesional considera, no obstante, que debe hacerse una reflexión más compleja, porque es la sociedad la que demanda de manera constante una mejor salud.

Para Zarco, si realmente se están recetando medicamentos para dolencias que no lo son, el problema está, sobre todo, en los médicos, que antes de trasladar sus recomendaciones a los pacientes han de saber si lo que les está mostrando la industria es o no cierto: “Lógicamente, la industria farmacéutica tiene como fin ganar dinero”. Además, advierte de que la medicina ha de ser individualizada y que las guías clínicas “no pueden convertirse en pautas rígidas”.

Zarco pone como ejemplo el control del colesterol, uno de los casos más citados de disease mongering: “Un médico no puede permitir que un paciente se agobie por tener el colesterol tres puntos más arriba de lo recomendado si esto en realidad no le perjudica”.

Publicidad de la patología

El farmacéutico de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud Antonio López Andrés es bastante más radical al analizar el fenómeno. Señala que dado que en España, a diferencia de en EEUU, no se puede hacer publicidad de medicamentos con receta, lo que se publicita “es la patología”.

Lo ejemplifica en la osteoporosis: “Se exagera para que sea el paciente quien demande tratamiento a su médico, previamente aleccionado por la industria farmacéutica. La osteoporosis es un factor de riesgo que influye en la aparición de fracturas, pero no es el único; en este caso, no se fabrica una enfermedad, pero se exagera”, subraya.

Como ejemplo de disease mongering nacional, López Andrés cita los anuncios televisivos en los que aparecen personas famosas –el último, una campaña de prevención de osteoporosis protagonizada por la actriz Carmen Maura–.

Para este farmacéutico, la forma de contrarrestar los efectos de esta práctica es informar mejor a la población: “En primer lugar, hay que ir al médico cuando se está enfermo; en segundo, hay que adoptar las normas de prevención realmente importantes; hay mucha gente que piensa que si toma una pastilla para controlar el colesterol va a estar mejor, aunque no se mueva y siga fumando”. López Andrés apunta también a los medios de comunicación: “Cuando se hacen eco de las notas de prensa que envían los laboratorios o las sociedades médicas están siendo utilizados”.

López Andrés opina que los cambios que se están viendo en los periódicos de EEUU–y que se resaltan en PLoS Medicine– todavía no han llegado a España: “Aquí estamos en la fase previa”. Opina, además, que el establishment médico nacional “se manifiesta en contra de que esto sea un problema”.

El catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante Carlos Álvarez-Dardet –cuyo trabajo cita Moynihan como ejemplo del impacto positivo de la conferencia en la investigación– se encuentra entre los críticos a la situación actual de disease mongering: “Nosotros realizamos un trabajo, dirigido por María Teresa Ruiz, que habla de cómo la medicalización de una condición natural como la menopausia ha producido daños en la salud femenina, mermada por las terapias de sustitución hormonal”.

Este experto ha promovido una moratoria para la aplicación de la vacuna del virus del papiloma humano en España, medida que pone como ejemplo de la medicina que se practica hoy: “Antes la medicina diagnosticaba y trataba enfermedades; ahora diagnostica y trata lo que eventualmente podría pasar a la gente”.

Concluye que esta tendencia es un problema de salud pública: “Estamos acostumbrados a gastar dinero y sufrir efectos secundarios para curarnos, pero, si lo hacemos para prevenir, se crea un problema que hasta ahora no existía”.

Tan antiguo como la medicina

Joan Ramón Laporte

La práctica de hacer creer a la gente que está enferma cuando en realidad está sana no es nueva. Es una de las estrategias usadas por algunos médicos para reforzar su posición social. Debe de ser tan vieja como la propia medicina, la cual, en formas diferentes según la cultura, ha sido y es una forma de poder -dominación sobre los demás- basada en la magia. Sólo que, en la actualidad, la magia se reviste de argumentos aparentemente científicos. La atención a la salud está cada día más impregnada de valores de mercado, y las funciones de cuidar, curar y rehabilitar han perdido la centralidad.

En la ópera L'elisir d'amore, cuando el mercachifle charlatán Dr. Dulcamara irrumpe en un ambiente campesino con "noticias de la capital", se dirige a su clientela con un "Escuchadme, escuchadme, rústicos", les presenta sus remedios curalotodo y acaba proclamando que la última moda es el mal de hígado, naturalmente con su correspondiente remedio.


La historia es vieja, un clásico. Las modas deben ser seguidas, so pena de no perder la condición de rústico. Los dictados del mercado deben ser obedecidos. Si el mal de hígado tuvo su momento de fama y gloria, ahora las principales amenazas para la salud son el colesterol, la osteoporosis, la tristeza, la soledad, la timidez, el luto, el complejo de Edipo, el niño revoltoso o inquieto, la impotencia masculina, la calvicie y, en general, cualquier causa de malestar. El malestar se medicaliza, sin mayor atención a sus causas. Todo ello con estrategias más o menos sutiles, más o menos sofisticadas, que Blech describe de manera magistral: publicación de artículos pseudocientíficos en revistas financiadas por la propia industria, campañas de concienciación de la población, programas de formación médica continuada desarrollados por las compañías farmacéuticas, congresos médicos, y publicidad y recomendaciones de comités de expertos (una mayoría de los cuales participa directamente en el negocio). Todo ello bajo la mirada distraída de políticos de unos Estados cada día más impotentes ante los mercados.


Extracto del prólogo de Los inventores de enfermedades

miércoles, 28 de mayo de 2008

enfermar a los sanos


Medicamentos que nos enferman y empresas que nos hacen pacientes
26.05.08

(PD).- "Hace treinta años Henry Gadsden, director entonces de la compañía farmacéutica Merck, hizo unos comentarios sorprendentes y en cierto modo candorosos a la revista Fortune. Dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Aquel sueño se ha convertido en el motor de una imparable maquinaria comercial manejada por las industrias más rentables del planeta".

Así comienza la presentación en contraportada del libro Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes de Ray Moynihan y Alan Cassels, obra que permite entender cómo las estrategias de marketing y relaciones públicas de la poderosa industria farmacéutica -con la complicidad de muchos médicos y, por qué no decirlo, la ingenuidad de los pacientes- intentan convertirnos a todos en "enfermos" -de cualquier cosa- para lograr un consumo compulsivo y crónico de medicamentos.

Si usted se considera una persona relativamente sana a la que comienzan a zumbarle los oídos con todo tipo de comentarios y recomendaciones porque su tensión empieza a ser un poco alta, le ha subido el nivel de colesterol o ha tenido últimamente bajones en su estado de ánimo que enseguida alguien ha calificado de "depresión"...

O bien alguien le ha dicho que a su edad y siendo mujer debe prevenir una posible osteoporosis y hasta medicarse esa falta de impulso sexual que últimamente parece preocuparle le vamos a hacer una recomendación para abordar esos problemas y algunos más como el Síndrome de Colon Irritable, el Trastorno por Déficit de Atención, el Trastorno de Ansiedad Social o el Trastorno Distrófico Premenstrual: cómprese el libro Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes (Editorial Terapias Verdes), busque un lugar tranquilo y siéntese a leerlo. Le aseguramos que cuando lo termine su percepción de la enfermedad y la salud habrá cambiado al igual que su visión del sistema sanitario.

En el libro, escrito en 2005, Ray Moynihan y Alan Cassels repasan con estilo ágil y directo las estrategias y complicidades que han permitido a lo largo de los últimos años la aparición de síndromes y trastornos que no hacen sino condenar a una medicación permanente -de la que se suelen ocultar sus efectos secundarios más importantes- a cientos de millones de personas en todo el mundo.

A veces reportaje periodístico, a veces novela negra, en él se desenmascaran ensayos ocultos, presiones, complicidades con médicos y organismos reguladores y, sobre todo, las estrategias de marketing y relaciones públicas que por valor de miles de millones de dólares permiten a la industria acabar convenciendo a médicos voluntariosos pero crédulos de todo el mundo que existe una enfermedad para la que ellos tienen la solución, el fármaco justo en el momento adecuado.

Como muy bien señalan ambos autores no se trata de poner en tela de juicio que hay personas que debido a síntomas especialmente graves necesitan ser atendidos con esos fármacos sino de entender que sólo para ellos no sería rentable su fabricación. Necesitan por eso convertirnos a todos en enfermos para que el negocio sea rentable.

"El alcance de la influencia de la industria farmacéutica sobre el sistema sanitario -escriben- es simplemente orwelliano. Los médicos, los representantes de medicamentos, la educación médica, los anuncios, los grupos de pacientes, las directrices, las celebridades, las conferencias, las campañas de concienciación pública, los líderes de opinión y hasta los consejeros de los reguladores: en todos los niveles hay dinero de las compañías farmacéuticas lubricando lo que muchos ven como un flujo de influencias poco saludable. La industria no adquiere influencias con individuos y organizaciones sino que más bien reparte su generosidad entre aquellos que considera más eficaces a nivel comercial"

CUIDADO CON DEJARSE ENGAÑAR POR LAS CIFRAS
Por supuesto ni todos los médicos ni todos los investigadores son iguales porque si no el trabajo de Moynihan y Cassals hubiera sido imposible. De hecho cada vez son más los se rebelan ante semejante estado de cosas. Los autores revelan datos, nombres, estudios científicos... y se apoyan en médicos e investigadores al menos tan honrados y preparados como quienes sostienen lo contrario para demostrar todo lo que afirman. Y su repaso por esa realidad con nombres y apellidos resulta en algunos momentos de lo más instructiva debido a algunos ejemplos tan gráficos como el que podemos encontrar en el capítulo titulado Convertir los riesgos en enfermedades (págs. 93 y 94):

"(… El más alto y más joven, el farmacéutico James McComarck, bromea con su compañero el doctor Bob Rango, médico especializado en Farmacología. Los dos han viajado desde Vancouver como miembros del Therapeutics Initiative (Iniciativa Terapéutica) de la Universidad de British Columbia, un grupo que pretende educar a médicos y farmacéuticos -y en ocasiones al público en general- sobre la mejor manera de prescribir los fármacos.

La conferencia del día es sobre las enfermedades cardiacas, sin duda un tema atemorizante (el público son jubilados canadienses). La primera parte de la charla de McComarck y Rango está diseñada para ayudar a la gente a entender algunos de los trucos estadísticos empleados para vender medicinas a personas que en otras condiciones se considerarían sanas. James McComarck siempre comienza presentando la siguiente situación:
"Imaginen que su médico acaba de decirles que tienen un "factor de riesgo" ante las enfermedades vasculares; puede ser la tensión arterial o el colesterol alto. Pues resulta que hay un medicamento que trata ese factor de riesgo, no produce efectos secundarios y está cubierto por la Seguridad Social o por la Mutua. Les voy a presentar los resultados de tres estudios diferentes y voy a preguntarles si según estos resultados estarían de acuerdo en tomar este fármaco todos los días de los siguientes cinco años. No hay respuestas correctas o incorrectas, simplemente es su decisión". En ese momento James suele proyectar esta diapositiva:

"¿Tomaría usted un medicamento durante cinco años si...

a) ...redujera en un 33% sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón?
b) ...redujera sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón del 3 al 2%, es decir, una reducción del 1%?
c) ...salvase a una persona de cada cien de sufrir un ataque al corazón aunque no hubiese manera de saber por adelantado a quién salvaría?"

"A ver, ¿cuántos de ustedes tomarían ese fármaco si obtuviese los resultados del caso A?", pregunta James. Y alrededor de un 80 o 90% de la audiencia levanta la mano. "¿Y en las situaciones B y C?" Un 20% de los oyentes levanta la mano. James y Bob hacen una pausa para que digieran los datos antes de rematar: "Pues lamentamos decírselo pero han caído. Lo que acabamos de exponer es exactamente el mismo resultado pero presentado de tres maneras diferentes".

Normalmente una expresión de sorpresa brota de la audiencia. Algunos ponen cara de no creérselo, otros de enfado o perplejidad. Pero llegados a este punto de la presentación la mayoría no puede despegarse de sus asientos y quiere saber más. Bob coge el micrófono de manos de James.

"A ver, el truco es el siguiente. No se sientan mal. A los médicos les engañamos de la misma manera todo el tiempo. Si en principio el riesgo de sufrir un ataque al corazón es del 3% y yo les ofrezco una píldora que lo reduce en un 33% éste baja del 3% al 2%. ¿Entienden?

El 2% es un 33% menos que el 3%. Pero es también un 1% de diferencia total. Incluso las personas a quienes las matemáticas se les hacen cuesta arriba, como James, saben que si pasas de un 3% a un 2%, sólo hay un 1% de diferencia. Fácil, ¿verdad?."

La razón por la que esta revelación es tan importante se debe a que con frecuencia los fármacos se promocionan mediante este truco estadístico tendente a exagerar los beneficios.

Por ejemplo, en anuncios dirigidos a médicos y pacientes se afirma que un fármaco ofrece una reducción del 33% en el riesgo de sufrir un ataque cardíaco sin explicar que en realidad habría que tomar la medicación durante cinco años para reducir el riesgo del 3 al 2%. Como Bob y James explican cada vez que dan la charla se trata de un 33% en términos 'relativos'.

En términos 'absolutos' se trata de una reducción de un 1%, del 3 al 2%. Diversos estudios muestran que las personas son mucho más reacias a usar un fármaco si se les muestran las cifras absolutas. Lamentablemente en muchos artículos sobre fármacos que aparecen en los medios también se tiende a emplear la versión más exagerada omitiendo las cifras absolutas que resultan mucho más informativas".

RAY MOYNIHAN
Moynihan -australiano, 44 años- es sin lugar a dudas uno de los escritores sobre temas de salud más respetados a nivel internacional. Periodista, autor, guionista de documentales y profesor universitario en la Universidad de Newcastle Ray ha ganado ya numerosos premios en radio, televisión y prensa escrita por su forma de informar, provocativa y rigurosa.

Sus trabajos han sido publicados en las principales publicaciones médicas y medios, incluyendo el British Medical Journal, The Lancet, The New England Journal of Medicine, PLoS Medicine, The Australian Financial Review y The Sydney Morning Herald. Y es autor de una serie documental de denuncia titulada Too Much Medicine? Actualmente vive, nada, escucha música y cuece bizcochos de chocolate y nueces en Byron Bay (Australia). Lo que hemos aprovechado para conversar con él.

-Díganos, ¿cuándo y cómo llegó a la conclusión de que en el mercado de los medicamentos la cuestión no es la salud sino el dinero?
-Llevo trabajando en temas de salud desde mediados de los años 90 en medios escritos y audiovisuales. Y desde el principio tuve muy claro que el marketing de las compañías farmacéuticas estaba distorsionando la práctica de la Medicina y la forma en que pensábamos sobre la salud. De ahí que escribiera ya mi primer libro y empezara a hacer documentales en 1998.
-¿Se inventan hoy enfermedades para que consumamos más medicamentos?
-No exactamente que se inventen pero sí que los límites que definen las enfermedades están siendo ampliados de forma inapropiada. Las compañías farmacéuticas y muchos médicos están involucrados en ese proceso con la finalidad de ampliar el número de visitas de los pacientes y construir nuevos mercados para los medicamentos.
-¿Cree usted que los Gobiernos, pagadores año tras año de las enormes facturas farmacéuticas, son ignorantes o cómplices de la actual situación?
-Pienso que muchas personas en los Gobiernos no son conscientes de lo que está pasando. Como creo que los funcionarios gubernamentales deberían controlar mejor las campañas de marketing y relaciones públicas de la industria porque están modificando la definición de las enfermedades. Especialmente dado que el coste farmacéutico está dañando ya gravemente muchos sistemas públicos de salud.
-Pero son los médicos quienes recetan... ¿Cómo puede evitarse la enorme influencia actual de la industria farmacéutica en sus criterios y decisiones?
-Muchos médicos y universidades están ya tratando de desengancharse de la industria, de ser más independientes. Y hay muchas maneras de hacerlo: reduciendo la esponsorización de las conferencias y congresos, impidiendo la visita de los representantes comerciales, dejando de aceptar regalos por acudir a las conferencias que organizan o esponsorizan... Hay muchas cosas que los médicos pueden hacer para recuperar la confianza y credibilidad perdidas.

El dinero que las compañías farmacéuticas invierten en representantes comerciales y muestras gratuitas constituye el mayor componente de los 25.000 millones de dólares que se destinan anualmente sólo en Estados Unidos a publicidad y es la base de la red global de artimañas entre la industria y los profesionales.

Lo que empezó con rosquillas para médicos ha acabado en copiosos banquetes para sus líderes de opinión en hoteles de cinco estrellas. Y en cuanto pueden no sólo venden fármacos sino también puntos de vista sobre las enfermedades.

Por ejemplo, los especialistas serios e independientes en enfermedades mentales aseguran que la idea de que la depresión viene generada por un déficit de serotonina en el cerebro es sólo uno de los muchos puntos de vista científicos y, de hecho, es simplista y anticuado. Sin embargo es una teoría muy viva en la gran maquinaria del marketing que empieza con las consignas matutinas de los agentes comerciales de las compañías farmacéuticas.

Hay médicos maravillosos y de impecable ética que se encuentran hondamente preocupados ante el hecho de que su profesión, en general, esté hoy tan íntimamente relacionada con la industria farmacéutica. Porque saben que muchos de sus colegas están siendo corrompidos por ella.

lunes, 26 de mayo de 2008

papiloma vacuna , galicia


La Opinion , La Coruña

Sanidade incluirá la vacuna en el calendario oficial para las niñas que cumplan 14 años a partir del 1 de julio. El precio del fármaco, que se vende en farmacias, supera los 450 euros.
ALICIA QUINTÁ / AGENCIAS. A CORUÑA / MADRID. La vacuna contra virus del papiloma humano, comercializada desde hace meses por dos laboratorios bajo el nombre de Gardasil y Cervarix, se incluirá en el programa de vacunación en Galicia tras el verano para las niñas que cumplan 14 años a partir del 1 de julio, explicó Xulio Hervada, subdirector de Epidemiología de la Consellería de Sanidade.
Pese a que "todavía hay detalles por concretar", tras la inclusión el pasado 10 de abril en el Consello de la Xunta del presupuesto destinado por el Gobierno gallego para esta vacuna, ahora se inician los pasos para ofertarla dentro del plan de vacunación a todas las menores "que vayan cumpliendo esa edad".
Bastante debatida estuvo la edad de corte elegida para iniciar la vacunación, sobre todo porque se habla de una vacuna costosa, "la más cara del mercado en este momento", indica Hervada, superando los 450 euros por persona, pero tras un análisis y debate en la comisión interterritorial de salud, "casi todas las comunidades nos decantamos por los 14 años".
Los expertos indican que lo ideal es ponerla entre los 12 y 14, pero "ahora solo podíamos hacer frente a un corte, no a todo lo que nos gustaría", por lo que los 14 se establecieron teniendo en cuenta determinados parámetros y pensando en que "así conseguiremos una protección hasta pasados los 21 años, una de las franjas con más proliferación del virus", subraya Hervada.
Otro factor, explica, es que antes de esa edad "el índice de personas que ha iniciado las relaciones sexuales es anecdótico, por lo que las posibilidades de infección son mucho menores", una opinión compartida por la ginecóloga Ana López Roca, quien recuerda, además, que "debe ponerse antes de que se inicien contactos sexuales".
En cuanto al máximo establecido, los 26 años constituyen el tope para vacunarse, ya que es la cifra hasta la que existen resultados de eficacia tras los ensayos clínicos, pero López Roca se muestra convencida de que el perfeccionamiento de la vacuna irá permitiendo mayores protecciones y en más franjas de edad.
El virus del papiloma humano es el causante directo del cáncer de cérvix, con 2.100 nuevos casos anuales en España que, según los datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), son los segundos más frecuentes entre las mujeres de entre 15 y 44 años, sólo por detrás del cáncer de mama.
Los ensayos clínicos han demostrado que esta vacuna es efectiva en las dos variantes más agresivas del virus, la 16 y 18, que provocan alrededor del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. De ahí la relevancia que ha adquirido esta vacuna, pero al mismo tiempo, "hay que pensar que hay otros tipos, 15 en concreto" para los que la vacuna no es efectiva, recuerda Hervada.
Un recordatorio que llama a la prevención, pero no a la alarma, ya que "es necesario incidir en que el propio sistema inmunológico acaba la mayor parte de las veces con la infección", explica López Roca. "Prueba de ello es la alta incidencia de este virus y el bajo número que desencadena en cáncer en comparación con las personas que en algún momento de su vida lo padecen", subraya.
El subdirector de Salud Pública recuerda, además, la necesidad de realizarse, las revisiones ginecológicas pertinentes, ya que en este caso, la única medida preventiva es el cribado, a través de las citologías regulares, que se recomiendan a partir de los 20 años y antes si se inician relaciones sexuales. Y es que, como todo virus de transmisión sexual, las barreras como el preservativo son medidas fundamentales, pero en este caso no totales, pues "los órganos perineales pueden permitir el contagio", de ahí que sea necesario conjugar los distintos sistemas preventivos, a la vez que "una vida sexual sana", añade la ginecóloga López Roca.
Al llegar a este punto, López Roca destaca que "la vacuna sólo evita unos tipos de virus, por lo que el cribado citológico deberá continuar", eso sí, "será posible ampliar los tiempos para las revisiones, ya que si ahora son cada año, con la vacuna podrán ser cada cinco", añade Hervada.

viernes, 23 de mayo de 2008

perfiles de prescripcion ,precripcion inducida


Madrid, 23 de Mayo de 2008

Ruego se modifique el perfil de médico prescriptor que acabo de
recibir desde esa Dirección Médica teniendo en cuenta los fármacos
enumerados a conituación, ya que no han sido PRESCRITOS por mi, sino
TRANSCRITOS
en un acto puramente administrativo, de secretaria y
escriba de los compañeros Especialistas.

Por ello, no deben influir ni reflejarse en dicho perfil en ningún
caso.

Y de seguir haciéndolo, dichos perfiles carecen totalmente de valor y
significado por lo que ruego encarecidamente no me sigan informando
del mismo, ya que mi interés por ello es nulo.

Relación de Fármacos NO prescritos por mi, sólo copiados desde un
papel blanco a una receta verde o roja según el caso…:

- La mayoría de las prescripciones de Atorvastatina
- La Ezetimiba en TODOS los casos
- El Esomeprazol en TODOS los casos
- El Rabeprazol en TODOS los casos
- El estroncio en TODOS los casos
- El Raloxifeno en TODOS los casos
- Si “Otros” de Osteoporosis se refiere a la Teriparatida: NUNCA lo he
prescrito
- El Celecoxib en la matoría de los casos (Tengo solo 1 paciente a la
que se lo he pautado yo)

Sugiero se vayan explotando los datos de OMI relativos al Origen de la
Prescripción (si existen).
Es difícil comprender como conociendo el problema de la
Inducción de Prescripción se nos siguen enviando estos perfiles
totalmente falaces

En cuanto al Indice Sintético de Calidad, ruego sea también modificado
en función de lo mencionado anteriormente.

Muchas gracias.

jueves, 22 de mayo de 2008

antiburocracia madrid , medidas sugeridas




Se me ocurren cuatro batallas simultáneas:

1. Luchar contra las recetas inducidas por especialistas, hospitales, etc.y la única solución es ORDEN DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO PARA QUE EL PACIENTE SALGA CON LAS PRIMERAS RECETAS HECHAS Y CON INFORME.

2. Luchar contra los papelitos múltiples justificando tal o cual cosa. insisto en que algunas veces habría que hacerlo en certificado médico oficial, para limitar los abusos.

3. Luchar contra las recetas de colores y a favor de la receta única (del color que quieran, aunque supongo que blanca será más barata, y ya se encargará el ordenador de poner quién paga y quién no) multiprescripción y con duración mínima de 6 meses.

4. Luchar porque se utilice UN SOLO TIPO DE PAPEL para todo, sean recetas, IT, derivaciones, análisis o cualquier cosa.

Armando Nevado

miércoles, 21 de mayo de 2008

prescripcion inducida



"La prescripción farmacológica en Atención Especializada está regulada
en una Circular interna 8/96 publicada en Octubre de 1996. Según
dicha circular, en el Hospital y en consultas externas se han de
entregar las recetas o los medicamentos necesarios para iniciar
tratamiento hasta que el paciente pueda ser atendido en la consulta de
su Médico de Atención Primaria".